Dicen que el duende que habita,
en tu recinto almenado,
canta con pena y tristeza,
canta su fúnebre canto.
El Darro,aún te recuerda´
aún te recuerda y su canto,
es un lamento continuo,
es un lamento y un llanto.
Es como una copla rota,
rota y con sabor amargo.
La Alhambra es toda silencio,
Granada enmudece de espanto.
Del duende que vive en la Roja,
sólo se escucha su llanto.
Antonio Ramírez Mena
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