Amarrado al duro suelo,
recogiendo la cosecha,
empapado de sudor
y cansado de la siega.
El jornalero trabaja,
de la mesa del señor,
recibiendo las migajas,
que le dejó su labranza.
Patrón que robas su pan,
y que le das las migajas,
que pisas su dignidad
con tu maldita arrogancia.
Tu conciencia,¿ qué te dice ?
¿ Qué te aconseja que hagas ?
No la calles dando al pobre,
¡ migajas, sólo migajas !
A.R.M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario