Mi corazón, ya no siente,
ya no tiene compasión,
porque un amor penitente,
un día me lo robó.
La espina que me clavaron,
muy dentro, sin compasión,
me duele, me vuelve loco
de tan profundo dolor.
¿ Por qué sufro yo de amores
si en ellos nunca creí ?
Qué sabor amargo tienen,
aunque vives, no es vivir.
En mi alma tengo un sitio,
lo he guardado para ti.
No me mientas, amor mío,
que un desengaño sufrí.
A.R.M.
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