Alegres suenan las campanas,
las campanas de la Vega.
Suenan por una misa,
una boda que es eterna.
El repique en la mañana
lleva a la gente a la fiesta.
Es una boda gitana,
una boda con solera.
El paño blanco en las manos,
lunares de rojo enseña
y la novia sonriente,
su palmito intacto muestra.
Las matronas de la Tribu,
gritos, claman en la puerta
y los padres orgullosos,
cantan la bermeja huella.
A.R.M.
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