lunes, 2 de marzo de 2015
Lluvia en la pradera.
Sonaba fuerte la lluvia
entre las flores de mayo,
inundaba la pradera
y regaba todo el campo.
Un arroyuelo travieso
saltaba alegre jugando,
y una ranita pequeña
contenta estaba nadando.
El bosquecillo vecino
de verdes árboles, altos,
era festivo testigo
de la pradera, del campo.
La nube, negro consuelo
extendió su acuoso manto,
y dando un soplo de vida
sus gotas están regando.
Antes la tierra era yerma,
ahora verdoso prado,
salta jugando la vida
ya no recuerda el pasado.
A.R.M.
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