He salido de paseo,
con deseos de soñar.
El sueño te lleva lejos,
y es difícil regresar.
He traspasado fronteras,
y he llegado a caminar,
buscando paz y sosiego,
y no lo pude encontrar.
Crucé el mar con la esperanza,
tierra de asilo encontrar.
Salí de la guerra huyendo,
dejando mi Tierra atrás.
Cierra sus puertas Europa,
y ya no me deja entrar.
Gritos de angustia se escuchan,
mientras mueren en el mar.
La Europa de mercaderes,
de las riquezas, del oro,
la que el asilo promete,
y luego lo olvida todo.
La que calla su conciencia,
dinero dándole a otro,
son unos euros manchados,
con la miseria del otro.
Con el hambre en sus semblantes,
llegan cordones humanos,
entre agua, frío y cieno,
su alma rota, caminando.
Una ilusión les movía,
y la libertad soñada.
Sola se queda su vida,
entre perros y alambradas.
A.R.M.
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