sábado, 14 de septiembre de 2013

A mi mujer.

Bendito amor que has llegado,
que apareciste en mis sueños,
dichoso amor consumado,
en la vida,en el recuerdo.

La mujer que imaginé,
en mi romántico sueño,
duerme,yace a mi lado,
está viva no es un sueño.

Su figura,su semblante,
son los recuerdos que llevo,
que me acompañan de día,
y por las noches ensueño.

Su vientre es una duna,
que se mueve con el viento,
cuando el amor la despierta,
la despierta de su sueño.

Su cara,dulce,serena,
su boca como un tormento,
tenues susurros sus besos,
como capullos abiertos.

De esmeralda ojos verdes,
de hechiceros reflejos,
pestañas,negro azabache,
el pelo negro;muy negro.

Amor así concebido,
es realidad;no es sueño.


                      Antonio Ramírez Mena

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