Juana te llamas de nombre,
y de apodo " la Galana ",
brava y valiente mujer,
hembra de raza gitana.
No llores más en silencio,
seca tu llanto, tu rabia,
con las hojas de romero
y el perfume de la jara.
En la cárcel, tu gitano,
sufre una pena que amarga,
que te rompe el corazón
y que destroza tu alma.
Los barrotes de la cárcel,
son como dagas sicarias,
que maltratan y que hieren,
que destruyen y que matan.
A.R.M.
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