Secaré el sudor
que por la frente resbala,
y mi vieja espalda,
vieja y encorvada,
sufrirá el dolor
de una dura jornada.
Trabaja más duro aún,
trabaja y no digas nada,
no protestes, no reclames,
al amo que te contrata.
No pidas un salario justo,
trabaja y no digas nada.
Levanta tu espalda corva,
y seca tu sudor con rabia,
un viento sopla con fuerza,
que a la gente pone en marcha.
Un grito se escucha, la calle,
no quiere perder la esperanza.
No te arrodilles y lucha,
no seas esclavo de nada,
llevas la justicia en ti,
con ella se hará el mañana,
cuando el Sol salga de nuevo,
y redoble la esperanza.
a.r.m.
No hay comentarios:
Publicar un comentario