Abrázame madre,
que tengo frío,
el amor de tus brazos,
es mi cobijo.
Cuando salga la Luna,
en el cielo frío,
no la dejes, acúnala,
como a tu niño.
No la dejes que llore,
el viento es frío,
y en la helada noche,
hiere a tu hijo.
El sádico Eolo,
con dientes fríos,
en la noche aterra,
a la Luna y al niño.
Un sonido de "nana",
rompe el silencio,
y el niño de la Luna,
encuentra el sueño.
En tus brazos de seda,
dulce almohada,
sonriente la Luna,
duerme descansa.
A.R.M.
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