Sobre el pelado monte,
allá en la Sierra,
las flores se marchitan,
la tierra yerma.
Un viento cuchillero,
moldea la Sierra,
y un Sol justiciero,
la tierra seca.
Las nubes con su manto,
el agua llevan,
y llorando, con ruido,
riegan la Sierra.
La jara, el romero,
las platas, la tierra,
bailan por serranas,
con la tormenta.
Un verde esmeralda,
surge en la tierra,
y lindas florecillas,
su amor entregan.
El agua del riachuelo,
corre, serpentea,
y entre rocas, jugando,
baña la Sierra.
A.R.M.
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