Me he asomado al balcón,
para ver el fin del mundo,
más allá de las tinieblas,
lejos del sueño profundo.
Nacer y vivir la vida,
crecer sin temor alguno,
ayudar en lo posible,
a este mundo que es el tuyo.
No desprecies la pobreza,
porque ella es la riqueza,
de los pobres que en la Tierra,
sufren de hambre y miseria.
Siempre existieron los ricos,
y la indigencia, los pobres,
unos viven la opulencia,
otros se mueren, no comen.
Cuando pienso que yo tengo,
una casa que me acoge,
que como todos los días,
y una cama en la noche.
Si al nacer a ti te toca,
en el bando del pudiente,
reparte lo que te sobra,
comparte tus grandes bienes.
Puede que llegue algún día,
que te apiades de los pobres,
porque dime: ¿tú qué has hecho,
para ser rico y no pobre?.
A.R.M.
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