Recuerdo la hermosa casa,
el pueblo donde viví,
mi perro, mi fiel amigo
y el árbol en el jardín.
Frondoso con gruesas ramas
eran brazos me creí,
y asustado por las noches
yo las sentía crujir.
Una mañana radiante
a ese árbol me subí,
y contento de mi hazaña
en sus ramas me escondí.
Subido en él ¡qué maravilla!
¡qué panorama yo vi!
y entre sus leñosos brazos
protegido me sentí.
Acunado entre sus ramas
enseguida me dormí.
No te asustes, yo te cuido
en sueños le oí decir.
A.R.M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario