Ya han pasado varios años
cuando me marché de allí.
Lo cierto es que estaba solo
y no sabía dónde ir.
Tracé un camino en mi mente
y cuando me aparté de ti,
sangraba mi corazón,
espinas, heridas sin fin.
Caminaba lentamente,
el Sol delante de mi,
era como una promesa
y ese camino seguí.
Atrás queda la injusticia
y ese amor que ya viví,
deje la tierra soriana
y la alegría de vivir.
Abandonado a mi suerte,
la justicia defendí.
Me espera un triste destierro,
más allá, lejos de aquí.
A.R.M.
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