jueves, 18 de diciembre de 2014
Canto a Jaén II.
Un mar de olivos parece
la parda y verde campiña.
Una rama de olivo enseña,
rezuma negra aceituna.
Dormidas están las calles
de la vieja judería.
Y en aguas de árabes baños
se bañan vírgenes puras.
Un castillo centinela
a tu Catedral vigila.
Jaén tan bella en la noche,
bajo la brillante Luna.
Suenan fuerte tus campanas,
cuando sopla el viento, aúlla,
y una saeta en la noche
canta una pena profunda.
Si yo pudiera cantarte,
recorrerte noche y día.
Ver tus viejos olivares
y esa oscura serranía.
¿Por qué te mueres Jaén?
Tus hijos se van, emigran.
Llevan tu tierra en su alma.
¡Defiéndelos, lucha, grita!
A.R.M.
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