Cae la nieve lentamente
sobre la yerma llanura.
El cielo gris, blanquecino
las montañas difumina.
Un helado vientecillo
corta la cara, la arruga,
y una lágrima friolera
por el rostro se desliza.
Las aves buscan abrigo,
en los pinos se refugian
y el roble altivo del bosque,
enfrenta las noches frías.
Un pequeñillo regato
se hiela, no tiene vida,
y el cervato busca ansioso
las raíces escondidas.
Un rayo travieso asoma
entre las nubes oscuras.
El bosque sonríe alegre,
de nuevo sopla la vida.
A.R.M.
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