Ya se ven por el camino,
a las gentes que cabalgan
en alegres borriquillos.
Del polvoriento camino,
se levanta el polvo, vuela
del alegre trotecillo.
La mañana se acicala,
en el arroyo se peina
y una cinta de colores,
sobre su linda cabeza,
adorna su rubio pelo
que luce para la feria.
Un perfume de amapolas,
embarga toda la fiesta,
y en los cercados del campo
resalta la fresca hierba,
amarillas florecillas,
¡qué bella está la pradera!.
Un helado vientecillo
que proviene de la sierra,
sopla con sorna burlona,
quiere sumarse a la fiesta.
Y un borriquillo travieso
retoza sobre la yerba.
Vuelven a casa las gentes,
se ha terminado la feria.
Quedan el campo, las hierbas,
sola queda la pradera
y contenta la mañana,
lava su cara, se peina
A.R.M.
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