Ayer soñé que vivía
una feliz realidad.
Los niños todos comían,
los padres a trabajar.
La educación como base
de un futuro por llegar.
La sanidad para todos.
Era un país ejemplar.
Me despertaron los gritos
y volví a la realidad,
de mi país que se muere,
que matan su dignidad.
Vi llorar los desahuciados,
de rodillas suplicar.
Que no les quiten sus casas,
que llega la Navidad.
Recuerden los gobernantes,
cuando a la iglesia van,
que Cristo nació muy pobre,
¡en un humilde Portal!
A.R.M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario