Se murió don Nicolás
y no sabemos de qué.
Dicen que de un atracón
de faldas o de comer.
Soltero de nacimiento,
fue mocito de buen ver.
Simpático "calavera",
un don Juan de anochecer.
Bien le pegaba al "morapio"
y al brandy seco también.
Las gambas, los langostinos
y matar al "volapié".
Maestro del buen vivir,
frecuentaba el cabaret,
los tientos y la guitarra
y el "reservao" del café.
Lo enterraron por la tarde,
deprisa, en un santiamén.
En su esquela mortuoria,
no se explicaba por qué.
Los amigos apenados,
brindaron todos por él,
y no se fueron de juerga
porque era capaz de volver.
El misterio de su muerte,
se extendió a todo correr,
y no hubo buena moza
que no llorara por él.
No tendremos sus requiebros,
las mozas decían de él,
y con ayes lastimeros
rezaban todas por él.
El bueno de Nicolás
arrepentido se fue
y al ver la fiesta en el cielo,
se creyó en el cabaret.
Amiga "parca" que muestras,
qué mala vida llevé.
Y adentrándose en la Gloria,
su gloria se fue con él.
A.R.M.
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