viernes, 8 de noviembre de 2013

Los Partidos Políticos.

Nunca es fácil hablar o escribir sobre los partidos políticos,ya que si bien y en general todos parten de una
misma premisa: la conquista del poder, su comportamiento una vez conseguido el poder,no concuerda con
las promesas y el programa presentado ante la sociedad que los tiene que elegir.
  Diré,en primer lugar,que un partido político es una asociación de miembros que en su ideología y en sus
estatutos tienen un fin. Este fin es el de alcanzar el poder en el Estado y en la sociedad para sus jefes y de
procurar para sus miembros más activos ventajas personales y materiales dentro de la sociedad que los elige
y a la que con sus cantos de sirena esperan controlar. En realidad,será el poder para el jefe y al mismo tiempo la conquista de los puestos de dirección y de administración del estado pata el partido.
  Los partidos,pueden emplear y de hecho lo hacen todos los medios que tienen a su alcance ( pero el medio
en una Democracia nunca justifica el fin ) para conseguir el poder y por tanto el control del Estado mediante
la ocupacón de los puestos de gobierno y de los poderes del Estado por los miembros activos e influyentes
y al mismo tiempo ideólogos del partido.
  El ejercicio del poder,una vez conseguido,marca profundamente la ideología del partido,bien sea por,con,
y para el pueblo;es decir buscando ante todo las mejoras sociales para el conjunto de la sociedad,o bien,
mediante la manipulacón de datos y la publicidad partidista,agrupar política e ideologicamente a la sociedad
con el fin de mantenerse en el poder,promulgando leyes y decretos que sólo benefician a una parte de la
sociedad en detrimento de la otra,que en su ideología no es afín. Esto siempre redunda en beneficio propio
  Moralmente,un partido político debe estar sujeto al programa con el que se presentó ante la sociedad para
su elección. Este programa es como un juramento y que unilateralmente no puede romper. Un contrato sin
finiquito,un cheque en blanco es a lo que aspira mediante el control total,incluido el cuarto poder: es decir
los medios de comunicación. Este es el gran peligro que encubre la Democracia en cuanto a los partidos
políticos se refiere,cuando estos consiguen la mayoría absoluta y aplican su rodillo ideológico.
  Naturalmente,para conseguir este fin,el partido o los partidos,cuentan con algo esencial: su financiación.
Tema muy importante puesto que concierne a todo el funcionamiento interno de los partidos. Cotizaciones
de sus afiliados,pequeños contribuyentes ideológicos,mecenas afines y ciertas ventajas materiales a donantes
que permanecen en la sombra a cambio de contratos públicos que a dedo,la administración les hace. Esto es simplemente fraude fiscal y muy probablemente cohecho, a lo que la Fiscalía por ellos gobernada,hace la
vista gorda y mira para otro lado. Una Ley de Financiación de Partidos Políticos es necesaria e imprescin-
dible en toda Democracia consolidada.
  Una Ley de Reforma de Partidos Políticos y por tanto Reforma Electoral,evitaría que los dos partidos
mayoritarios: la Partido-Cracia,se repartan entre ellos según estén en el poder o en la oposición,el 60% o
el 40% respectivamente del pastel. Para los partidos minoritarios sólo les queda el recurso del pataleo.
  La Política,puede ser un arte noble y justo,pero nunca el arte del engaño;la manipulación y la mentira
mediante la alienación y el adoctrinamiento de los votantes.
  Una pregunta muy simple,pero muy directa nos debe hacer reflexionar sobre nuestra enferma y decadente
Democracia. ¿ Qué Democracia es la nuestra cuyos partidos políticos esperan y reciben prebendas de todo
tipo incluidas las materiales para sus dirigentes una vez instalados en el poder,mientras que al pueblo llano
y a los más desfavorecidos,se les engaña y estafa y además se les niega la justicia ?
  No tengo nada en contra de los partidos políticos;es más pienso que si no existieran habría que inventarlos.
Pero si bien su digno y justo funcionamiento engrandecen la Democracia,en muchos casos no solamente no
la engrandecen sino que la envilecen.
  Sólo me queda añadir que donde hay injusticia hay que combatirla y donde hay justicia hay que apoyarla.



                                                                 A.R.M.




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