Tarde de toros.

   Las cinco de la tarde, se asoma el Sol,
para ver la corrida y al mataor.
Llevan las mujeres mantones negros,
en el tendío, negros sombreros.
   Aplaude la gente, el paseillo,
la terna en la plaza, el rostro altivo.
Se oye el clarín, al llamar sonoro,
la plaza fija la vista, en el toro.
   La fiera furiosa recorre el ruedo,
alegre le sale al paso, el torero.
Vuela el capote alegre, pendenciero.
   La faena, la emoción, el graderío,
El clamor ruge en la plaza con brío,
el mataor sale a hombros del gentío.

                                                                               A.R.M.

Campos de Andalucía

   De quiénes son esos campos,
que están yermos, que no siembran,
acaso los labradores
ya no trabajan la tierra.
   Los campos de Andalucía
ya no producen cosechas,
los jornaleros hambrientos,
pululan de puerta en puerta.
   Aquellos que los maltratan,
que no comprenden sus penas,
que los dejan sin trabajo,
que les quitan la cosecha.
   Puede que llegue algún día,
que conozcan a esta Tierra,
que plena de valentía
no sea yerma ni sea muerta.

                                                                           A.R.M.

Amor en el río

   Un amor sin fisuras,
me llena el alma,
como una llama viva
que no se apaga.
   Infinita ternura,
la pasión amorosa,
enlazados los cuerpos,
la llama roja.
   Me sentí confundido
ante tanta hermosura,
un pozo negro, profundo,
la noche oscura.
   La ribera del río
nos acogió,
y la Luna sonriente
nos contempló.

                                                                         A.R.M.

Recuerdos de Jaén.

   No te despiertes Jaén,
vive tu sueño pasado,

de encaje hechas tus calles,
de regio rango tus baños.
   Los recuerdos yo no olvido
de ese Jaén de antaño,
del Parque, de la Guitarra,
la Magdalena, los Caños.
   Aquel terrible lagarto,
que una cierta historia cuenta,
vive aún en la memoria
de las gentes de tu tierra.
   La Catedral como insignia,
grandes secretos guarda,
en paño quedó grabada,
de Jesús su Santa Cara.
   Qué decir del Condestable,
gran figura jaenera,
persona digna de linaje
de pulcra y rancia nobleza.
   Centinelas del Castillo,
las altas torres enhiestas,
vigilan tus aledaños,
tus olivos y tus tierras.
   Verdes praderas tus campos,
hojas de plata reflejan,
altivos olivareros
y la alegre Morena Sierra.
                                                                                A.R.M.

En recuerdo de Antonio Machado.

   Cuando leo tus poemas,

de la España de otra vida,
versos de luz, esperanza
versos que no se marchitan.
   Te fuiste por el sendero
del atropello, la injuria,
huiste de la sin razón,
por un camino de espinas.
   Hiciste camino andando,
camino hiciste al andar,
por un destierro infinito,
para jamás volver atrás.
   España llora y pregunta,
por qué se perdió una vida.
Malditos los responsables
de esa guerra fratricida.
   De amor puro recuerdos,
poemas, melancolía
y esos patios andaluces,
esos patios de Sevilla.
   Vuela la nube en el cielo,
vuela y recorre Castilla,
Soria recuerda tu nombre,
tus poemas y tu vida.
   Baeza aún te recuerda,
España te hace justicia,
descanse en paz el poeta
de los Campos de Castilla.
                                                                                     A.R.M.

El baño en la cueva.

   A las cuevas del barrio,
la Luna llega,
y se sienta a la sombra
la sombra negra.
   La gitana que habita
allá en la cueva,
su melena se peina,
su negra melena.
   A la sombra se baña,
sus pechos de seda,
su desnudo cuerpo,
sus largas piernas.
   El agua templada,
la cueva calienta,
la beldad gitana
a su amor espera.
   Desnudo su cuerpo,
desnuda su pena,
desnuda su alma,
a su amor espera.

                                                                 A.R.M.

Coplillas populares.

   Agitada la noche,
la de mi boda,
se nos rompió el somier,
la cama rota.
   En el olivo verde
de la campiña,
mi morena recoge
negra aceituna.
   A tomillo y romero
huele mi Lola´
su cuerpo, su salero
la calle emboba.
   Sevillana de nombre,
nació en Triana.
Cuando baila mi niña,
se deja el alma.
   Mi suegra se mudó,
al otro barrio,
se perdió de mi vista
que gran descanso.

                                                                             A.R.M.

La niña, la Luna y los Gitanos.

   Toca y redobla el caballo,
su galope por el llano.
La navaja, de guadaña
trae el gitano en la mano.
   Niña, no te detengas,
que ya vienen los gitanos,
camisas de roja sangre,
los cabellos alisados.
   La niña, despavorida,
lanza un sollozo, un llanto.
La Luna llena, la oculta,
la recoge con sus brazos.
   La Luna, lleva a la niña,
sube al cielo de la mano
y riéndose se asoma
para ver a los gitanos.

                                                               A.R.M.

Baile en la Romería.

   En un coro de gitanos,
en la Romería de Abril,
suena alegre la guitarra,
se escucha un cante varonil.
   La Charito se adelanta
y en taconeo sin fin,
mueve en el aire sus alas,
su bata roja de organdí.
   Baila gitana, no pares,
irgue el busto juvenil,
alza los brazos al cielo,
en una plegaria cañí.
   El baile por siguiriyas,
embrujan la noche sin fin.
Qué cante, qué maravilla.
¡ Ay que gitana yo vi !

                                                                          A.R.M.

El Giratorio.

   Nuestra literatura, en múltiples ocasiones, es un compendio de " picaresca popular " y que a todos nos hace gracia. Pero si cambiamos un término, lo convertimos en "picaresca gubernamental". Este Sistema, no
tiene las siglas de ningún partido político. Es un componente de nuestra sociedad, moderna y ejemplar. En
este Dualista Sistema, unos vienen y otros van; es decir, que unos entran y otros salen. Y dando rienda suelta a nuestra imaginación, podríamos decir que unos maman leche de vaca y otros leche de cabra. Pero
al fin y al cabo, todos maman leche.
   Esta leche gubernamental, proviene de un sofisticado Sistema en el que " yo te doy, para que tú me des ",
es el pan nuestro de cada día en nuestra tan cacareada Democracia. El Giratorio, como bien su nombre indica, gira. Es una ruleta en la que siempre ganan los mismos.
   Funciona con normalidad en nuestra honrada clase política, que no tiene que preocuparse por su futuro.
El Giratorio, les asegura un puesto bien remunerado en cualquiera de la empresas a las que se engrandeció
con contratos oscuros y a todas luces a dedo. Sirvan como ejemplo las Eléctricas, Telefónica, Constructoras
etc. El " A tal señor, tal honor " impera en este mundo que, mientras no se demuestre lo contrario; apesta.
   En otros países, el Giratorio les llevaría al infierno social, a la cárcel y, además tendrían que devolver el
dinero sustraído a la sociedad. Pero en nuestra grande y libre España, último refugio honorable de Europa
y Reserva Espiritual de Occidente y aplicando el " Santa Rita lo que se roba, no se quita ", nos quedamos
tan panchos. Y para colmo de males, el " Por aquí, por allá, torta que viene mamporro que va " es de
obligada usanza. Nos crujen a sablazos y nos amparamos en el " Virgencita, que me quede como estoy "
ante lo que se nos viene encima. " Así nos va !.
   
                                                                                     A.R.M.

Noche de luna.

   En la noche muy oscura,
cómo lucen las estrellas,
la Luna sale a la calle,
noche de luna lunera.
   La gitana se desnuda,
en el río, en la ribera,
la desnudez de su cuerpo
huele a mente y canela.
   Por su moreno cuerpo,
perlas de gotas negras
y en su vientre sinuoso,
recojo las negras perlas.
   Sumergido en ese olor
que sabe a canela y menta,
me perdí por un momento,
noche de luna lunera

                                                                     A.R.M..

La gitana del río.

   Yo me la encontré lavando,
lavando ropa en el río,
la falda, hasta la cintura
de cobre, tersos sus muslos.
   Al ver la hermosa gitana,
yo sentí un escalofrío,
sus pechos duros, erectos
acariciaban el río.
   Le pregunté por su amor
y si tenía marido,
porque ante su aparición,
yo loco perdí el sentío.
   Me contestó que su amor,
era un gitano bravío
y que llevaba navaja,
como calé bien nacío.
   La gitana, su fiereza
y en mi pasión malherido,
se me clavó su sentencia
y me la deje en el río.

                                                                      A.R.M.

Pena gitana.

   Juana te llamas de nombre,
y de apodo " la Galana ",
brava y valiente mujer,
hembra de raza gitana.
   No llores más en silencio,
seca tu llanto, tu rabia,
con las hojas de romero
y el perfume de la jara.
   En la cárcel, tu gitano,
sufre una pena que amarga,
que te rompe el corazón
y que destroza tu alma.
   Los barrotes de la cárcel,
son como dagas sicarias,
que maltratan y que hieren,
que destruyen y que matan.

                                                                            A.R.M.

Muerte de la tabernera.

   En la taberna una moza,
era una moza gitana,
su pelo, negro azabache
su piel morena, tostada.
   Sirve la moza unas copas,
que te abrasan la garganta.
Allá, en el rincón oscuro,
suena ronca una guitarra.
   Un gemido lastimero
acompaña a la guitarra,
un quejido como canto,
suena detrás de la barra.
   La gitana, malherida,
roja sangre, ropa blanca.
La muerte y su negra ropa,
avanza con su guadaña.
   Maldito seas gitano,
maldita sea tu daga
porque un amor sin destino,
mató a la moza gitana.

                                                                         A.R.M.

Fallecimiento de la Petenera

   En la torre de la iglesia,
suenan roncas las campanas,
ha muerto la Petenera
que Federico cantaba.
   La amortajan cien mujeres,
la visten de ropas blancas,
de luto todos los hombres
y de blanco la mortaja.
   Cien querubines del cielo
a la gitana acompañan,
por ese camino oscuro
y la llevan en volandas.

                                                                             A.R.M.

En recuerdo de Federico García Lorca

   Andaban de dos en dos,
en dos formando parejas.
Llegan los Guardias Civiles,
los gitanos, en la hoguera.
   Sus amplias y verdes capas,
esconden las cartucheras,
los tricornios en la frente,
ocultaban sus cabezas.
   Huyen, los gitanos corren,
saltan detrás de la hoguera,
surcos de sangre en su carne,
ayes, sollozos que aterran.
   Grita fuerte la Camboria,
mana sangre de sus venas,
y los sables rutilantes,
cortan, cercenan cabezas.
   La Luna vistió de luto,
lloró gemidos de pena
y el campamento gitano,
voló con el alba nueva.
   Ya se van los Picoletos,
la muerte, apagó la hoguera,
silencio en el campamento,
el Duende llora de pena.
                                                                    A.R.M.

La Casa Vieja del Bosque.

   En la casa del bosque,
crujen de noche,
las viejas maderas
del viejo roble
   El viento moldea,
los rotos cortinajes,
tejen las arañas,
su tela noble.
   En una esquina sola,
la vieja mesa
y una silla rota,
en cuatro piezas.
   En el jardín la hierba,
ahoga las flores,
y en una puerta vieja,
saltan los goznes.

                                                                  A.R.M.

CIELOS

      Vergel de flores,
la noche brilla,
estrellas brillantes,
de blanco vestidas.
   Cuando cae la noche
y el Sol se oculta,
la novia de blanco,
la noche alumbra.
   Con el azul del cielo,
se viste el Sol,
y a la Luna la noche,
su manto dio.
   Un lucero brilla,
su luz, de fuego.
En la noche una niña,
entrega sus besos

                                                          A.R.M..

Sierra Morena.

   La Sierra alza orgullosa,
sus cumbres suaves y tersas,
un novio serrano que sopla,
protege sus verdes praderas.
   Morena, de lineas suaves,
morena y altiva es mi tierra.
Sueño con ver tus paisajes,
y el Sol que anuncia mi tierra.
   Tomillos, romeros y jaras,
oscuras rocas y adelfas,
dibujan laderas endrinas,
te dan este nombre de Sierra.
   Aunque lejos del lugar,
jamás se olvida la Tierra,
sus perfumes, sus aromas,
tu encanto Morena Sierra

                                                                                 A.R.M..

Destellos de amor.

   Cuando en la noche miro,
el fondo oscuro del cielo,
cuando veo las estrellas,
su brillante parpadeo.
   Cuando tú cierras los ojos,
que son beldades del cielo,
su luz, destello fugaz,
de fuego luceros veo.
   Si yo miro el horizonte,
si te busco y no te encuentro,
si allá en el oscuro cielo,
te deseo y no te tengo.
   No me abandones amor,
sigue brillando en el cielo.
Que no se apaguen tus luces,
y envíame tus destellos

                                                                               A.R.M.

ALBERTI Y EL MAR.

   ¡ Oh mar que alegras mi casa !
cuando a veces, al despertar,
te siento, llenas mi vida,
de paz y serenidad.
   Marinero que lo cruzas,
que surcas el ancho mar,
en tu velero poesía
y que le puedes cantar.
   Un eco llevan tus olas,
es el eco de un cantar,
una canción amorosa,
del marinero a su mar.
   El mar bravío, se calma
y cesa la tempestad,
se duerme, se pacifica,
al escuchar el cantar.

                                                             A.R.M.

Cansancio.

   Cuando estoy cansado
y me toca el sueño,
siento mis trémulos ojos,
siento mis párpados llenos.
   No me quiero despertar,
sigo en mi mundo,en mi sueño,
en una imagen soñada,
que sólo tengo recuerdos.
   Trémula escucho mi voz,
y trémulos son mis sueños.
Despierta a la vida, amigo,
y deja escapar el sueño.
   ¿ Por qué la vida es real
y no es toda ella sueño ?
La vida es sólo un pasaje,
antes de que llegue el sueño.
                                                                     
                                                                                    A.R.M.

Tarde de toros.

   Las cinco de la tarde, se asoma el Sol,
para ver la corrida y al mataor.
Llevan las mujeres, mantones negros,
en el tendío negros sombreros.
   Aplaude la gente, el paseíllo,
la terna en la plaza, el rostro altivo.
Se oye el clarín al llamar sonoro,
la gente fija la vista en el toro.
   El astado, furioso salta al ruedo,
alegre le sale al paso el torero.
Vuela el capote alegre,pendenciero.
   La faena, la emoción, el graderío.
ruge el clamor en la plaza,el gentío.
El diestro monta el estoque con brío.

                                                                             A.R.M.

Amistad.

   Amistad vieja amiga,
mi vieja amiga del alma,
ahora te puedo hablar,
contigo tengo la calma.
   Odios, envidias, la ira,
esas palabras tan vanas,
esas palabras de lucha,
esas palabras que matan.
   Han perdido la armonía,
perdieron la confianza,
la gente muere en la guerra,
sólo buscan la venganza.
   La hermandad, no la conocen,
la amistad es cosa vana,
este es un mundo cruel,
este es un mundo que mata.

                                                                   A.R.M.