martes, 30 de septiembre de 2014

Bandolero.

   Bandolero que en la sierra,
robas, asolas, asaltas
por los caminos abruptos,
cabalgas en yegua blanca.
   Mira que los picoletos,
detrás de tu jaca marchan.
Llevan el sable en las manos
y sus fusiles que matan.                          
   El sargento que los manda,
bandido, te tiene gana,
y con los guardias civiles,
busca, persigue a tu banda.
   La serrana del cortijo,
que te espera en la ventana,
sufre de amores y celos
en Córdoba la Sultana.
   Un capitán de bandidos
que monta la yegua blanca,
ronda en la noche a la niña,
que lo sueña, que lo ama.
   De dos en dos, los civiles
vieron su camisa blanca,
y como perros de presa,
al bandolero desgarran.
   Como una fiera herida,
el bandolero saltaba,
y en su felina fiereza,
navajazos dibujaba.
   La sangre tiñó de rojo,
su camisa que era blanca,
y una palidez de muerte
llenó su morena cara.
   ¡Ay! que lo han matado,
grita la moza serrana,
y los dos guardias civiles
al bandolero rematan.
   La niña viste de negro,
y la sierra, la cañada,
añoran al bandolero
que monta la yegua blanca.
                                                                                       A.R.M.

Exilio.

   En la tenebrosa noche
y de piedras un sendero,
un hombre camina solo,
una capa y un sombrero.

   La luz del rayo ilumina,
su rostro desencajado,
el frío dentro del cuerpo,
los pies, heridos, mojados.

   Anda buscando un cobijo,
en la soledad del campo.
Gime, suplica en la noche
lleva recuerdos amargos.

   En una rústica choza,
cae su cuerpo encorvado
y con manos temblorosas,
seca su pelo mojado.

   Un descanso necesita,
le espera un camino largo,
es un camino de espinas,
buscando el destierro amargo.

   Los recuerdos de su infancia,
de su sevillano patio.
De los prados de Castilla
y de Baeza los campos.

   Este hombre no comprende,
por qué el injusto destierro.
Por qué tiene que marcharse,
de su patria; de su techo.

   Más allá de la frontera,
le espera el triste destierro.
Le espera una extraña tierra,
le espera el descanso eterno.

   Su vida, fue la enseñanza;
su amor, un sufrimiento.
Su refugio la poesía,
fiel retrato de su tiempo.
                                                                                        A.R.M.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Sueño en la reja.

   Sultana morena que espera en la reja,
anhelando el amor que en la noche sueña.
No gimas, no llores gitana morena,
espera amorosa que el mozo ya llega.
   Las flores, las plantas de aquella ventana,
esperan contigo que ya llega el alba.
La Luna, la niña, la triste enrejada,
la moza se duerme, llega la mañana.
   Un mozo radiante la besa en la cara,
el Sol, la chiquilla, la alegre ventana,
amores amargos, lágrimas agrias.
   Un rayo de luz las nubes traspasa,
la linda agarena el amor reclama.
Suspira en silencio y un ¡ay! se le escapa.



                                                                                            A.R.M.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Buscando la luz.

   En mi deambular perdido,
te suplico y no te encuentro,
le tengo miedo al oscuro,
le tengo miedo al silencio.
   Un haz de rayos, mi mente,
una luz en el sendero,
veo tu difusa imagen,
que vislumbro allá a lo lejos
   Vagaré por este mundo,
en mi razón, tu recuerdo,
preguntaré en los caminos,
te encontraré con el viento.
   Cuando llegue la mañana,
y ya me encuentre despierto,
te buscaré por la casa,
hasta que pierda el aliento.
   Soñaré que no te has ido,
o mi sueño es el recuerdo.
Que no me despierten pido,
ni la campana ni el tiempo.
   Retumba el trueno en la noche,
de lejos se escucha el eco,
suena como los tambores,
que redoblan con estruendo.
   La noche con su silencio,
por el oscuro sendero,
un hombre camina solo,
camina con paso lento
   Un foco de luz brillante,
alumbra el túnel del tiempo,
y con paso vacilante,
al final llega el viajero.

                                                                                           A.R.M..
 

domingo, 21 de septiembre de 2014

Urnas.

   Se asomaron por la vida,
que en su día le ofrecieron.
Se creyeron por encima,
de las leyes, del gobierno.

   Saquearon y asolaron,
y denigraron al resto,
negándoles un futuro,
y quitándoles su techo.

   ¿Por qué la ley les permite,
semejantes atropellos?
¿Por qué la ley no protege,
y los deja sin aliento?

Gobiernos que defendéis,
el maltrato, el atropello,
y sin rubor predicáis,
la defensa del obrero.

¡Mirad que llega la hora!
¡Mirad que se acaba el tiempo!
del mandato que en las urnas,
esperanzado os dio el pueblo.


                                                                                              A.R.M.

Soneto a la Tierra.

   Este mundo que es la Tierra, ¡cuídala!,
¡mímala!, no la hieras, no la mates,
no la destruyas y no la maltrates,
sólo te la legaron en herencia.
   No denigres el solar que es tu casa,
no la pierdas, no derribes sin razón,
no asoles ni ajes su perfección,
con tu cruel y maldita violencia.
   La depravada y cruel humanidad,
arrasa, asola lo que hay en ella.
Cuentas deberá rendir de su torpeza.
   Examen, camino obligado es ella.
Éxtasis, pasión de todo poeta,
cuya belleza, raptado contempla




                                                                                          A.R.M..

jueves, 11 de septiembre de 2014

Rifeña.

   Su belleza angelical,
yo la imaginé perfecta,
en su boca rojas prendas,
y ojos verdes que penan.
   Morita nacida allá,
en las montañas rifeñas,
un cuerpo de junco verde,
su piel, arena morena.
   Como gacela asustada,
vagaba, perdida ella.
Le pregunté qué tenía,
al verla llorar con pena.
   Con sus ojos me miró,
y sus blancos dientes perlas,
sonriendo se mostraron,
para darme su respuesta.
   Soñando con otra vida,
me embarqué en una patera,
que me trajo a esta orilla,
huyendo de la tragedia.
   La patria que dejo lejos,
se consume en la pobreza,
me entristece el corazón,
al recordarme mi tierra.
   Esta tierra que ahora pisas,
siempre fue de asilo tierra,
de las gentes que emigraron,
dejando atrás la miseria.


                                                                                           A.R.M.

Uno, dos,izquierda, izquierda, izquierda, derecha, izquierda........

   Recuerdo con cierta nostalgia de juventud, el servicio militar que hice en Zaragoza. Vuelven a mi
memoria, como si fuera ayer, las clásicas voces que al hacer la instrucción, nos hacían marcar el paso.
Una voz, no era superior a la otra, ni un paso superior a otro. Voces y pasos se acompañaban para
hacer de dicha instrucción, un movimiento rítmico y acompasado que tenía un sólo fin: conseguir que
mediante el hábito y el trabajo una perfecta formación. Al final, tanto tropa como instructores nos
sentíamos orgullosos del trabajo y del resultado conseguidos.
   Hagamos por un momento un ejercicio de imaginación y traslademos la instrucción militar a la
política. Ya sé que es casi imposible, pero el poder imaginativo es ilimitado. La política tanto social
como económica y legislativa, se compone de dos corrientes (voces y pasos) que podemos imaginar
como izquierda y derecha. La pregunta es muy simple pero directa: ¿ porqué si en la instrucción las
voces izquierda y derecha coadyuvan al funcionamiento perfecto, no ocurre lo mismo en la política?
   Naturalmente que el planteamiento puede ser muy simple. Pero si abrimos un poco el intelecto, no
es así
   En política, y sobre todo en política de estado, las endogamias nunca han dado un buen resultado.
Bien entendido que llamo endogamias a las mayorías absolutas; aquellas que al reproducirse entre sí,
generan monstruos políticos cuya consecuencias para la sociedad son imprevisibles.
   Jamás en los países que se consideran como democráticos, las mayorías absolutas, sean de izquierdas o de derechas, llegaron a buen fin. Tenemos ejemplos de nuestro entorno que reafirman
esta para algunos simple teoría.
   Derecha, izquierda, izquierda, derecha, son los bloques que como en la instrucción deben entenderse, gobernar en coalición para hacer del país, al que como instructores dirigen, una perfecta
formación que redunde en beneficio de los formadores y de los formados.
   Crear un país para la derecha o para la izquierda, es negar la democracia, y todos sabemos que la
imaginativa a sentido único privada de la razón, puede producir tiranos y por tanto tiranías que sin
escrúpulos de ninguna clase, poco a poco irán fagocitando al pueblo.



                                                                                                   A.R.M.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

La frontera

   En la salvaje pradera, el viento rugía,
en el monte, el trueno, rebotar se oía.
El fragor de la tormenta, la noche fría,
las luces de mil rayos,lo oscuro esclarecía.
Amanece, clarea el horizonte, ya llega el día,
en el campo el agua, la lluvia caía.
   En el sombrío bosque, se alegra el día,
y el arroyo travieso, flores traía.
Una figura errante con paso lento,
se vislumbra, aparece por el sendero.
Desafías caminante, al Sol, la lluvia,
y la agreste frontera ya la divisas.
   Cansado, avejentado y afligido,
dejas tu vida, cruel destino.
Árboles, barro y piedras del camino,
enmudecen con gesto entristecido,
y el recuerdo de un patio sevillano,
baila en tu mente, que aviva el paso.


                                                                                    A.R.M.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Baile en la Pradera......


   La gran ciudad dormitaba.
entre sus luces y sombras,
los faroles alumbraban,
la triste plaza, ahora sola
   Con las luces de un farol,
danzan las mariposas,
y en las ramas del naranjo,
los pájaros se reposan.
   Amanece, el Sol ya llega,
y en el horizonte asoma,
la mañana se despierta,
y se retiran las sombras.
   La gente, sale a la calle,
visten sus mejores ropas,
ellas, mantones, peinetas,
ellos, pañuelos y gorras.
   El Prado de San Isidro,
de faroles se engalana,
el barquillero vocea,
y los cohetes estallan.
   El Chotis, suena con fuerza,
y los chulapos que bailan,
juran amores eternos,
a las chulapas que abrazan



                                                                                         A.R.M..

sábado, 6 de septiembre de 2014

Tierra de sierra.

    Sobre el pelado monte,        
allá en la Sierra,
las flores se marchitan,
la tierra yerma.
   Un viento cuchillero,
moldea la Sierra,
y un Sol justiciero,
la tierra seca.
   Las nubes con su manto,
el agua llevan,
y llorando, con ruido,
riegan la Sierra.
   La jara, el romero,
las platas, la tierra,
bailan por serranas,
con la tormenta.
   Un verde esmeralda,
surge en la tierra,
y lindas florecillas,
su amor entregan.
   El agua del riachuelo,
corre, serpentea,
y entre rocas, jugando,
baña la Sierra.


                                                                                         A.R.M.





                                                                                          .

viernes, 5 de septiembre de 2014

El jardín y la vida.

   Jacintos, rosas, mil flores,
que yo cuido en mi jardín,
son como luces, mil soles,
son mi alegría de vivir.
   Tu vida debes cuidarla,
como cuidas tu jardín,
porque si un día la maltratas,
no sé que será de ti.
   Cuando pienso en el silencio,
en lo más profundo de mi,
la angustia me sube al pecho,
por la vida que perdí.
   Arde en mi mente un poema,
una contraversia sin fin,
una lucha ,una contienda,
entre mi alma y mi jardín.
   Si las flores son mi vida,
y mi alma yace en mí,
si sólo tengo una vida
¡cuídala, es tu jardín!


                                                                                       A.R.M.

¿Constitución?

   No te escondas y no temas,
cuando no tengas trabajo,
no te doblegues y lucha,
no te rindas al fracaso.
   Defiende tu bienestar,
esa vida que te han dado,
una vida, una familia,
una casa y un trabajo.
   Tú anhelas trabajar,
no quieres estar parado,
pero no sabes qué harás
cuando te falte el ánimo.
   Rebélate, no te asustes,
lucha, protesta, haz algo,
pregunta, grita con fuerza,
¿por qué no tienes trabajo?
   Si la Carta Magna habla,
del bienestar, del trabajo,
que los gobiernos la apliquen,
y que no nos mientan tanto.

                                                                                 A.R.M.
                                                 

jueves, 4 de septiembre de 2014

A una imagen.

   Aquel octubre recuerdo,
cuando triste y sollozando,
asustado y aturdido,
quedé en el internado.
   Al principio, sufrí mucho,
tanto que sequé mi llanto,
al verme en aquel colegio,
solo y desamparado.
   Madre querida, recuerdo,
recuerdo que fue tu manto,
tu imagen me protegió,
en este camino largo.
   He recorrido el camino,
vuelvo al colegio de antaño,
vengo a rezarte de nuevo,
¡Tú que escuchaste mi llanto!


                                                                         A.R.M.

La flauta del pastor.

   El pastor con su dulzaina,
la música está tocando,
en el cielo las estrellas,
de júbilo están bailando.
   No te detengas pastor,
sigue tu flauta tocando,
no despiertes la pastora,
que contigo está soñando.
   Las mozas juegan corriendo,
las flores y el verde campo,
cambian sonrisas de amor,
la flauta sigue sonando.
   El alegre pajarillo,
las ardillas, el cervato,
el bosque y el reguerillo,
escuchan embelesados


                                                                                       A.R.M..

Pajarillo.

  Pajarillo que me alegras,
que en mi ventana cantas,
háblame de tus amores,
¿qué haces por la mañana?
  En tu jardín tengo un nido,
al que cubro con mis alas,
al que cuido y al que mimo,
debajo de tu ventana.
  No te enfades si yo canto,
muy temprano, en la mañana,
cuando levanto mi vuelo,
cuando el Sol está de guardia.
  Por tu vida, pajarillo,
sigue, canta en mi ventana,
porque con tu alegre canto,
de gozo salta mi alma.



                                                                                        A.R.M.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Ojos

   Ojos que te miran,
que rompen secretos,
ojos que nos miran,
y hablan en silencio.
   Ojos que destellan,
amores secretos,
que ansiosos miran,
alrededor de ellos.
   Triste la mirada,
la angustia en ellos,
un amor suplican,
un amor eterno.
   Ojos amorosos,
o de odio llenos,
ojos que alucinan,
si te miran dentro.
   Yo miré esos ojos,
en su fuego eterno,
y no pude vivir,
sin mirarme en ellos

                                                                              A.R.M..

martes, 2 de septiembre de 2014

Fiereza.

   Un susurro, un lamento,
una canción, una copla,
un rasgueo de guitarra,
y negra bata de cola.
   Un cante por bulerias,
rompe el silencio que corta,
y una belleza gitana,
siembra el deseo en la sombra.
   Cuerpo de diosa pagana,
boca de labios que queman,
como endrinas son sus ojos,
de cobre sus largas piernas.
   El pecho erguido, valiente,
gestos felinos, fiereza,
el baile por bulerías,
encandila la taberna.
   El pelo negro, rizado,
y muy larga la melena,
mariposas son sus manos,
y su cara sufre, pena.


                                                                                                    A.R.M.

lunes, 1 de septiembre de 2014

La luz.

   Un lejano atardecer,
busco la luz, no la encuentro,
su manto oscuro, la noche,
luciérnagas en el cielo.
   Un rayo de luz, luceros,
buscan caminos, destierros,
senderos del infinito,
que ya no tienen remedio.
   Un hombre camina solo,
camina con paso lento,
buscando sólo la vida,
dejando atrás el recuerdo.
   Al final del túnel brilla,
una luz con sus destellos,
destellos que parpadean,
que le guiñan en silencio.
   Piensa que no está perdido,
en ese oscuro sendero.
El zurrón sobre su espalda,
lleno, pleno de recuerdos

                                                                                                                        A.R.M..

El cortijo.

   Cuenta una Historia Medieval, que hubo una vez un enorme Cortijo en el que habitaban toda clase de gente, y que con su comportamiento y su buen hacer contribuían al buen funcionamiento de este. Sus
habitantes, cada cuatro años y por votación popular, elegían un Órgano Rector para encargarse de la
administración del Cortijo en todos los sentidos.
   Pero he aquí que el gran Cortijo, fue dividido en diecisiete caseríos y dos pequeñas alquerías creyendo
que de esta forma el Cortijo funcionaría mejor. Craso error que llevaría al gran Cortijo a la ruina.
   Los eventuales diecinueve dirigentes más el Órgano Central, se creyeron legítimos propietarios de estos,
y lo que parecía ir bien, empezó a desmoronarse. El Órgano Rector, y amparándose en su mandato, empezó
a dilapidar la riqueza que los habitantes a fuerza de trabajo habían acumulado, sumiendo a los jornaleros,
peones y trabajadores en general en la más completa miseria.
   El Órgano Rector con prácticas de ética y moral dudosas, puso de moda el "todo para unos" despertando
la codicia y la corrupción en todos los términos del Cortijo. En tan relevante labor, dejó a los jornaleros sin
jornal, a los peones sin peonadas, a los enfermos sin médicos, a los niños con hambre y a la educación sin
escuelas, sin profesores. Los sin techo, los desahuciados proliferaron por todas partes y sumieron en la
pobreza al treinta por ciento de la población.
   Los allegados, palmeros y simpatizantes del Órgano Rector se enriquecieron con el "maná" (sudor del pueblo) y el Jinete del Apocalipsis (el hambre) no pasó por su casa.
   Ante tal panorama de miseria, hambre y desolación, una luz en el túnel del tiempo y de la esperanza, se
vislumbró. Esa luz que depende de la madurez política y sentido cívico de los habitantes del Cortijo ¿iluminará sus mentes? o por el contrario seguirán inmersos en el "que sea lo que Dios quiera". Todos los
hombres nacen libres e iguales por naturaleza ( Rousseau: El Contrato Social). Esto lo tienen que tener muy
en cuenta los jornaleros, pones y demás habitantes del Cortijo.
   Una persona, un voto; ese sería el verdadero sentido de la Democracia. Pero en el Cortijo que fue
secuestrado y aún lo sigue, hace varios siglos nunca existió ni convino a los poderes la Democracia.
   La fuerza política no de be constituir ningún Derecho Político; antes bien debe estar supeditada al bien
social y económico del pueblo, ya que únicamente para esto, fue aupada al poder.


                                                                                                              A.R.M.




Amor en el jardín.

   De rojo, la rosa,
el olor del jardín,
la tarde, apacible,
las noches sin fin.
   El día amanece,
rosita de abril,
no llores, no gimas,
me tienes aquí.
   Las penas, olvida,
alegra el jardín,
susurros,amores,
que quieres vivir.
   La linda rosita,
vive sin vivir,
el amor soñado,
que no tiene aquí.
   Marchita la rosa,
espera su fin,
y un llanto de flores,
escucha el jardín.


                                                                                                A.R.M.

MISERIAS.


 Cuando leo en la conciencia,
de las gentes de este mundo.
cuando veo la miseria,
que siempre azota a los mismos.
   Si la vida es un regalo,
no se dio a todos lo mismo,
un reparto tan injusto,
¿fue de carácter Divino?
   Porque si hay muchos pobres,
es porque hay muchos ricos.
La riqueza es de unos pocos,
la miseria, para muchos.
   Si dos ciudades malditas,
de la historia, yo recuerdo,
fueron rotas, destruidas,
aniquiladas con fuego.
   Yo no comprendo este mundo,
que trafica con dinero,
y que vive del dolor,
de los que no tienen techo.


                                                                                               A.R.M.