jueves, 4 de septiembre de 2014

A una imagen.

   Aquel octubre recuerdo,
cuando triste y sollozando,
asustado y aturdido,
quedé en el internado.
   Al principio, sufrí mucho,
tanto que sequé mi llanto,
al verme en aquel colegio,
solo y desamparado.
   Madre querida, recuerdo,
recuerdo que fue tu manto,
tu imagen me protegió,
en este camino largo.
   He recorrido el camino,
vuelvo al colegio de antaño,
vengo a rezarte de nuevo,
¡Tú que escuchaste mi llanto!


                                                                         A.R.M.

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