jueves, 11 de septiembre de 2014

Uno, dos,izquierda, izquierda, izquierda, derecha, izquierda........

   Recuerdo con cierta nostalgia de juventud, el servicio militar que hice en Zaragoza. Vuelven a mi
memoria, como si fuera ayer, las clásicas voces que al hacer la instrucción, nos hacían marcar el paso.
Una voz, no era superior a la otra, ni un paso superior a otro. Voces y pasos se acompañaban para
hacer de dicha instrucción, un movimiento rítmico y acompasado que tenía un sólo fin: conseguir que
mediante el hábito y el trabajo una perfecta formación. Al final, tanto tropa como instructores nos
sentíamos orgullosos del trabajo y del resultado conseguidos.
   Hagamos por un momento un ejercicio de imaginación y traslademos la instrucción militar a la
política. Ya sé que es casi imposible, pero el poder imaginativo es ilimitado. La política tanto social
como económica y legislativa, se compone de dos corrientes (voces y pasos) que podemos imaginar
como izquierda y derecha. La pregunta es muy simple pero directa: ¿ porqué si en la instrucción las
voces izquierda y derecha coadyuvan al funcionamiento perfecto, no ocurre lo mismo en la política?
   Naturalmente que el planteamiento puede ser muy simple. Pero si abrimos un poco el intelecto, no
es así
   En política, y sobre todo en política de estado, las endogamias nunca han dado un buen resultado.
Bien entendido que llamo endogamias a las mayorías absolutas; aquellas que al reproducirse entre sí,
generan monstruos políticos cuya consecuencias para la sociedad son imprevisibles.
   Jamás en los países que se consideran como democráticos, las mayorías absolutas, sean de izquierdas o de derechas, llegaron a buen fin. Tenemos ejemplos de nuestro entorno que reafirman
esta para algunos simple teoría.
   Derecha, izquierda, izquierda, derecha, son los bloques que como en la instrucción deben entenderse, gobernar en coalición para hacer del país, al que como instructores dirigen, una perfecta
formación que redunde en beneficio de los formadores y de los formados.
   Crear un país para la derecha o para la izquierda, es negar la democracia, y todos sabemos que la
imaginativa a sentido único privada de la razón, puede producir tiranos y por tanto tiranías que sin
escrúpulos de ninguna clase, poco a poco irán fagocitando al pueblo.



                                                                                                   A.R.M.

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