lunes, 30 de mayo de 2016

Embrujo serrano.

    La conocí por la noche,
a la luz de las estrellas,
la enlacé por la cintura,
al caminar por la senda.
   Se estremeció su cintura,
temblorosa cual gacela,
mi mano se deslizó,
por una húmeda pradera.
   En silencio, mil caricias,
ahogué los gemidos de ella,
y allí, en la yerba del río,
yo me acosté junto a ella.
   Sus bellas piernas cubría,
una corta falda negra,
y sus pechos traslucía,
bonita blusa de seda.
   Un delicioso perfume,
la envolvía a toda ella,
y como mozo serrano,
yo la amé junto a la cerca.
   Sus pechos como alabastro,
con el frío de la sierra,
enhiestos como picachos,
sus cimas de negras perlas.
   Su vientre de terciopelo,
con caracoles de seda,
como dunas del desierto,
onduladas y sedientas.
   Nos amamos locamente,
en noche de primavera,
y la luna fue testigo,
de lo que allí aconteciera.

                                                                                                            A.R.M.




Canto a la sierra.

   Suena alegre la guitarra,
para cantarle a la sierra,
sus rasgueos por "serranas",
el viento perfumes lleva.
   Entre jaras y tomillos,
en las zarzas, moras negras.
Como gigantes las rocas,
la guardan cual centinelas.
   Un riachuelo de aguas frías,
desciende por las laderas,
y en sus aguas cristalinas,
se baña toda la sierra.
   Sopla el viento de levante,
que acaricia la "serreta".
Huele a mirto y a romero,
huele a la yerba muy fresca.
   Una nube juguetona,
de gris cubre la sierra.
El sol brasero del día,
manda sus rayos con fuerza.
   Trinos en busca de amores,
arrullos revolotean.
Amoríos, escarceos,
hermosos sonidos dejan.


                                                                                                            A.R.M.

viernes, 27 de mayo de 2016

El espejo en política.


   En Democracia el espejo,
si tiene razón de ser,
porque el espejo refleja,
aquello que no se ve.
   Políticos y gobiernos,
en él no se quieren ver,
y aunque retoquen su imagen,
siempre el pelo se les ve.
   En el "miroir" de los hechos,
son ciegos al desconcierto,
y no ven en el espejo,
que lo que dicen no es cierto.
   Prometieron un país,
sin mentiras ni patrañas,
un país de vino y miel,
como "La Tierra de Jauja".
   En esta azarosa vida,
basada en el desconcierto,
piensa siempre en el engaño,
y así estarás en lo cierto.
   De nuevo las Elecciones,
hay que vender cualquier cosa,
alienar a los votantes,
mañana será otra cosa.
   Prometer lo que no puedo,
si no, mañana es el duelo,
y no me puedo permitir,
que el discurso sea sincero.
   Ganamos las Elecciones,
ya soy Presidente Electo,
tengo el Poder en mi mano,
y si prometí; lo siento.


                                                                                                              A.R.M.

Triste país.

   Aquella muchacha de oro cabellos,
humilde su casa y pobre su lecho.
Azul su mirada y ojos muy bellos,
la ahogaba la pena al no tener techo.
   Perdió su trabajo y en el duro invierno,
dormirá en la calle o en algún cajero.
Tiene tres hermanos y aún sin dinero,
digno el semblante, no quiere lo ajeno.
   Allá en la chabola están los pequeños,
no tienen comida y caerán enfermos.
¡Qué triste país!;indignos gobiernos.
   Levanta chiquilla, arregla tu lecho,
rebélate, grita tu desconsuelo,
exige a esta gente tu gran derecho.



                                                                                                           A.R.M.

El arbolito.

   Anoche soñé un gigante en mi huerto,
ramas sus brazos,las hojas el pelo.
Cuerpo robusto, los pies en el suelo,
y un sólo ojo en su frente de tuerto.
   Desperté con fiebre y no estaba enfermo.
Llegué a la ventana y miré al huerto.
No vi ni rastro de aquel Polifemo,
sólo mi jardín y el pequeño huerto.
   Onírico viaje me ofreció el sueño,
de una leyenda del pasado tiempo,
historias, cuentos de viejos ensueños.
   De nuevo el jardín recobra el silencio,
y aquel arbolillo del viejo huerto,
recibió el amor, de todos aprecio.




                                                                                                                A.R.M.

lunes, 23 de mayo de 2016

Sólo es un juego.

   Cuando juegues no te creas,
que siempre debes ganar.
Nunca presumas de fuerza,
porque lo puedes pagar.
   La lucidez en el juego,
te tiene que aconsejar,
que en el juego de la vida,
no siempre puedes ganar.
   Se modesto en la victoria,
respeta la dignidad,
no maltrates al que pierda,
no juzgues a los demás.
   Hay por miles jugadores,
carroñeros sin piedad.
Con su malsana ignorancia,
a todos quieren ganar.
   Todo el problema es humano,
producto de sociedad.
El atropello son triunfos,
al maltratar sin piedad.
   No te creas cuando dicen,
¡qué bien que juegas chaval!.
¡Qué maravilloso golpe!,
y se ríen por detrás.


                                                                                                    A.R.M.

Amor negado.

   Viví los amores,
bebí de sus vientos.
Pernocté en picachos,
de cálidos tientos.
Negué siempre mi amor,
¿estaba en lo cierto?.
   Destrocé ilusiones,
amores inciertos.
La vida amorosa,
siempre fue el infierno.
Acallé el corazón,
y lo fui perdiendo.
   El final llegado,
yo miré al espejo.
El cristal maldito,
reflejó mis hechos,
y en mi ego absurdo,
maldije no verlo.
   Un rostro muy joven,
hermoso muy bello,
mostraba en su pena,
un amor intenso.
Rezaba plegarias,
oraba en silencio.
   Comencé el viaje,
muy tenso, con miedo.
Vivía en mi mente,
la joven, su anhelo,
y una paz extraña,
me invadió por dentro.
   Después del viaje,
por el mundo etéreo,
ante mi surgieron
las puertas del cielo,
y con rostro serio,
estaba San Pedro.
   ¿Qué deseas dijo?
con acento seco.
Ante mi han llegado,
plegarias y rezos,
y un amor negado,
te ha llevado al Cielo.
   En aquel momento,
reviví mis hechos.
Comprendí al instante,
que el amor sincero,
te abrirá seguro,
las puertas del Cielo.
                                                                                                     A.R.M.

sábado, 21 de mayo de 2016

Los ochenta de don Juan.

   Qué fue de aquel marinero,
embarcado en un velero.
Después, buen hotelero,
de jugador consejero.
   Ahora lo enfrento al futuro,
cuando los ochenta lleguen,
y en el espejo muy duro,
vea lo que queda de él.
   Me he mirado en el espejo,
y el retrato que yo vi,
no me recuerda la imagen,
que yo tenía de mi.
   Las arrugas como surcos,
muy marcadas en mi piel.
En mi cara las ojeras,
copas de vino y jerez.
   Se me fue la juventud,
y los amores de ayer.
El tiempo ya los borró,
pasó a todo correr.
   Sólo me queda la angustia,
y los surcos en la piel.
Los recuerdos de un pasado,
de una vida de papel.
   Este espejo traicionero,
no retrocede al ayer,
y una sonrisa burlona,
veo reflejada en él.
   Te rompería en pedazos,
amigo que fuiste ayer.
Enemigo si reflejas,
la imagen que ahora ves.
   La vida, no te perdona.
El tiempo objetivo juez,
como el espejo refleja,
en tu imagen la vejez.
   No es vengativo el poema,
ni la imagen que tú ves.
Cuando cumplas los ochenta,
¡ojalá los pueda ver!.
   Cuando tu amigo el poeta,
las bolas al aire lance.
Cuando en los ochenta estés,
¡Intenta jugar como él!
                                                                                      A.R.M.


jueves, 19 de mayo de 2016

Triste realidad.

   Esta mañana temprano,
me he mirado en el espejo.
He visto aterrorizado,
de los años fiel reflejo.
   Mi juventud,¿dónde estaba?
porque aquel maldito espejo,
con maliciosa sonrisa,
sólo mostraba el reverso.
   Llena de arrugas profundas,
mi cara como un panfleto,
la realidad reflejaba,
de mi vida, de mis hechos.
   De aquel gallardo don Juan,
de los amores, del fuego.
De la apolínea figura,
sólo quedaban los restos.
   Con las manos estiré,
mi rostro, antes muy terso.
Las traicioneras arrugas,
nunca dejaban de serlo.
   Mi mente vino en mi ayuda,
mitigó mi desconsuelo,
y con gesto furibundo,
con rabia rompí el espejo.
   Saltó roto en mil pedazos,
roto cayó sobre el suelo,
pero mil voces decían,
¡es realidad lo que muestro!
   La vida cruel destino,
es toda ella un reflejo,
refleja lo que has vivido,
a través del duro espejo.


                                                                                A.R.M.

Cuando yo me muera.

   Cuando yo me muera,
de tu pelo negro,
un mechón me metan,
en mi traje negro.
Y una siguiriya
con aire flamenco.
   Cuando yo fallezca,
no veas mi entierro,
no llores mi niña
que yo estoy despierto.
De mi largo sueño,
volveré de nuevo.
   Cuando la campana,
toque ronca a muerto,
no quiero que lloren
ni guarden silencio.
Cuando me haya ido,
cuando ya esté muerto.
   Un dolor profundo,
me llevo en el pecho,
por dejarte sola,
perdida en el lecho.
Cuando tú me busques
y yo esté muy lejos.
   De mi amor profundo,
te queda el recuerdo.
Yo me llevo el tuyo,
volando muy lejos.
Cuando yo fenezca,
cuando ya esté muerto.
   Un suspiro ahogado,
dulce como un beso.
Un ¡ay! no te vayas,
un ¡ay! lastimero,
y entre cuatro amigos,
llegué al cementerio.
   ¡Qué buena persona
oía muy lejos!.
Maldita la muerte
que lleva al extremo.
Y entre abrazos rotos,
terminose el duelo.

                                                                                           A.R.M.

lunes, 16 de mayo de 2016

Un rayo de luz.

   Negras nubes presagian tormenta,
con terrible furia azota el vendaval.
Sentado los rayos el anciano cuenta,
recargando su pipa ante el ventanal.
   Ruge con fuerza el riachuelo del monte,
aguas muy frías el arroyo lleva,
todo lo arrasa la fuerte corriente,
y allá en la cima de la sierra nieva.
   Un rayo de luz las nubes aparta,
el sol nos muestra la sierra nevada.
La límpida agua su música canta.
   En el bosquecillo han quedado ramas.
Cesa el vendaval, su furia se calma.
Las verdes praderas huelen a retama.






      A.R.M.

A un pobre cementerio.

   Pobre cementerio triste, de pueblo,
de verde oscuro sus álamos viejos.
Negro futuro que espera a los viejos,
cuando ya no estén, cuando no sean pueblo.
   Tumbas profundas en la dura tierra,
de blanco pintadas, entre la hierba.
Viento del norte perfila la sierra,
y un sol de justicia seca la yerba.
   Emigra la gente, ya no se quedan,
y sólo los muertos sus tierras pueblan,
el triste recinto muy solo queda.
   Hoy he venido para ver tu sierra,
y tus desdentadas tumbas abiertas,
los pinos verdes de esta bella tierra.


                                                                                                  A.R.M.

domingo, 15 de mayo de 2016

Cuando tú no estés.

   Mañana en la madrugada,
ya no estarás junto a mi.
Ya no estará tu almohada,
ni tu pelo que en cascadas,
cubre tus hombros sin fin.
   No sentiré tu perfume,
ni ese calor de tu cuerpo
que se acurrucada en el lecho,
en tus caricias de ensueño,
no se separa de mi.
   Si te busco y no te encuentro,
si ya no siento tu aliento.
Si tu suspiro, un tormento,
que a veces me trae el viento,
como un recuerdo de ayer.
   Vuelve de nuevo a mi vida,
en mi loco pensamiento.
Aplaca amor lo que siento,
que tus nuevas traiga el viento,
que anhela todo mi ser.
    Cuando la luna se esconda,
cuando el sol en la mañana,
sobre la blanca almohada,
tu negro pelo en cascada,
vuelva de nuevo otra vez.
¿ Es un sueño o lo he vivido?
Se nublaron mis sentidos,
mil heridas he sufrido.
Ahora te tengo otra vez,
¡Todo quedó en el olvido!
   Celos de este amor que siento,
tengo celos de este viento,
de los susurros de ayer.
Del aire que tú respiras,
de tus perfumes mujer.

                                                                                            A.R.M.

viernes, 13 de mayo de 2016

Escarceos de la Luna.

   Brilla la Luna en la noche,
muy blanco vestido tiene.
En el negro firmamento,
blancas nubes la sostienen.
   Tiene cara de chiquilla,
y en su traviesa mirada,
busca el amor escondido,
que salga en la madrugada.
   Una nube juguetona,
sus pechos de nácar tapa.
Con descuidado mohín,
aparta ella su bata.
   En los picos de la sierra,
y tras las cumbres nevadas,
sus fauces asoma el viento
porque quiere cortejarla.
   Corre asustada la niña
y pide refugio al alba.
Y en cercano olivar,
verde aceituna descansa.
   El viento traiciones cuenta,
y mil relatos de muerte.
Aguda espada su aliento,
aullidos de pino verde.
   Pide socorro la Luna,
huye del viento que hiere,
y el oscuro de la noche,
mil negras nubes la envuelven.
   No te aventures mi Luna,
el viento no te conviene.
Mira que amor traicionero,
negras intenciones tiene.
   De nuevo se esconde el viento,
tras los picachos de nieve,
rumiando su venganza,
entre gotas de aguanieve.
   La bella niña se oculta,
tiene miedo, se estremece,
y en el olivar se esconde,
detrás de las ramas verdes.
   Luna, salvaje criatura,
Luna de belleza hiriente,
tu desnudez en la noche,
al frío viento enloquece.
                                                                                                    A.R.M.

viernes, 6 de mayo de 2016

Sólo sueños.

   Soñé que estaba volando,
que tocaba el azul cielo,
me desperté de improviso
y solo estaba en mi lecho.
   Soñé con el mar azul,
con mi barquito velero,
con mil peces de colores,
con las olas. con el viento.
   Soñé que había en la Tierra,
la paz que todos queremos,
encontré sólo la guerra,
y se acabaron mis sueños.
   Cuando el Sol de la mañana,
te ofrece una nueva vida,
¡cógela que no se escape!
y vívela día a día.
   Ya mis sueños se marcharon,
se apagan como la vida,
los recuerdos del pasado,
de la senda recorrida.
   La ronca campana suena,
la tarde, languidecía,
lentamente cae la noche,
la ciudad se ensombrecía.


                                                                                                        A.R.M.

El voto cautivo.

   Yo he conocido un país,
que con las arcas muy llenas,
de la noche a la mañana,
fue sumido en la pobreza.
   Asumió la Democracia,
como forma de gobierno,
pero esta le vino grande,
y lo pagó todo el pueblo.
   Se formaron los Partidos,
los puestos dados a dedo,
y la Joven Democracia,
muy pronto dejó de serlo.
   Los ricos, mucho más ricos,
a los pobres, la indigencia,
lo social, en el olvido,
y así llegó la miseria.
   Perdió la gente el trabajo,
hundida la clase media,
sin recursos se quedaron,
y perdieron sus viviendas.
   Se cometieron delitos,
implicado fue el gobierno,
mas con el clásico "y tú más",
nunca apareció el dinero.
   Una noticia nos llega,
que de punta pone el vello,
¡ay los pobres jubilados!
que se quedan sin sustento.
   El pueblo tiene la ocasión,
en sus manos el remedio,
pues al inepto gobierno,
lo puede quitar de enmedio.
   Conversaciones y pactos,
tiene que exigir el pueblo,
pues libres y en Democracia,
si quiere seguir viviendo.
   Que se unan los Partidos,
de coalición un gobierno,
que devuelva la dignidad,
a las gentes de este pueblo.
   Suena el cornetín agudo,
en marcha se pone el pueblo,
tiene en sus manos el voto,
¿pero sabrá cómo hacerlo?

                                                                                                             A.R.M.