lunes, 29 de diciembre de 2014

Un soneto. Pasión loca.

    Vacío tengo el corazón, hastío,
de no encontrar en ti la primavera.
como grandes ríos sin el estío
si tú no estas junto a mi vera.
    De amor loco estoy prendido
y no puedo vivir con esta pena,
esta pasión de fuego que me llena
de miedo de no ser correspondido.
    Busco en la noche, en su negrura,
el gran consuelo a mi amargura,
pero no puedo dejar de amarte.
    Mis ojos no pueden dejar de verte,
y pronto espero la dulce muerte,
que con gran silencio ella me lleve.



                                                                                                    A.R.M.

Amalgama 15.

    He leído detenidamente Amalgama 15 y al terminar de leerla, me he visto sumergido en un mar de números, estadísticas, actuaciones, buenos consejos en la forma acostumbrada y un sin fin de detalles seudo- administrativos. Un completo resumen del "buen hacer". Quede bien claro que no se trata de una crítica, sino de una simple opinión de un alumno de industriales del 60.
    ¿Pero estamos hablando del mismo Colegio? ¿De la misma SAFA? Puede que me equivoque pero quizá en mi ignorancia, dudo que estemos hablando de aquella SAFA. De aquellos alumnos que al grito o slogan de "paso a la juventud", salíamos del Colegio con hambre; con ansias de comernos el mundo exterior que nos esperaba duro y expectante, y al que teníamos que demostrarle lo que sabíamos hacer, tras varios años de intensos estudios y siempre con la "Espada de Damocles" del suspenso sobre nuestras cabezas que nos podía acarrear posiblemente un negro futuro.
    En cuanto a las respuestas a García Mauriño, las citas son muletillas que resuelven a veces situaciones seudo-sociales y además suelen quedar bien. Mi amigo Paco Bordés al que considero un "héroe de la resistencia" y eficaz compañero de fatigas de aquellos heroicos tiempos, hace bien en citar a Eleonor Roosevelt, aunque para ella era muy fácil soñar. Pero ante la otra cita, no es malo recordar que "para saber adónde vas, tienes que saber de dónde vienes". Esto no es añorar el pasado puesto que vivo en el futuro que yo mismo me labré. Pero no puedo abstraerme de recordar con un inmenso cariño a aquella SAFA que en cierto modo se sacrificó, luchó y pidió lo indecible para procurarme los medios pertinentes para que yo pudiera labrarme un futuro.
    En el recuerdo de aquella indómita SAFA. ¡¡¡VIVA LA SAFA!!!




                                                                                               A.R.M.

Olvido

 
  A través de la ventana
he corrido los visillos.
Veo felices y contentos
jugando al aro los niños.
    Las flores en las macetas,
los gorjeos y los trinos,
alegran la primavera
con cantos los pajarillos.
    Un pregonero en la calle,
cuenta en su voz un anuncio,
y en su canto poderoso
pone sus cinco sentidos.
    Una vez canté al amor,
todo quedó en el olvido.
Me escondí tras la ventana,
me oculté tras los visillos.
    Ya me olvidé de ese amor,
todo quedó en el olvido,
no pudo ser tal cariño
porque el destino no quiso.

                                                                                      A.R.M.

¡Navidad!

    Ya llegó la Navidad,
mira madre que desgracia.
No tenemos qué comprar,
nos han dejado sin blanca.
    Se ha tranquilizado el pavo,
le queda una larga vida,
no lo podemos comer
nos tragamos la saliva.
    Mantecados, polvorones
y las otras golosinas,
se quedarán en la tienda,
¡qué penosa es esta vida!
    No digamos Nochevieja,
no tendremos que comer,
las uvas para este año,
no estarán sobre el mantel.
    Con el gobierno de turno
no te puedes ni quejar,
pues si sales a la calle,
una multa te caerá.
    Melchor llora de impotencia,
Gaspar ya no puede más,
y con cara de tristeza
el rey negro Baltasar.
    Nos mira el Niño en su cuna,
desde el humilde Portal,
y con gran tristeza llora,
¡esta no es la Navidad!
                                                                                        A.R.M.

Conciencia..

    Morir sin pensar en nada,
morir en un dulce sueño,
pasar a la otra vida
como si fuera un paseo.
    ¿Por qué el eco de tu vida
se refleja en el espejo?
¿Por qué transitas un día
por ese estrecho sendero?
    La vida no te responde
y marchas con paso lento,
andando por el camino,
esperas que llegue el sueño.
    Por la senda que caminas,
quizás encuentres el eco
de la vida que has vivido,
y en la que has dejado muertos.
    Pobre de aquél que en la vida,
se ha salido del sendero
y en el espejo de noche,
ve reflejados sus muertos.

                                                                                                 A.R.M.

domingo, 28 de diciembre de 2014

El País de Jauja.

   Escuché con atención el Mensaje de Navidad del Rey Felipe VI que en general me pareció bien, aunque sobrevoló algunos asuntos peliagudos.
   Me quedé estupefacto, atónito ante el mensaje-venta de nuestro inefable Presidente del Gobierno Sr. Rajoy. Mi incredulidad fue "in crescendo" a medida que avanzaba la venta de productos "made in PP" y las explicaciones "sui generis" para intentar convencernos de las bondades de los productos por ellos fabricados.
   Desde la "Nebulosa Trolitis" en la que el Sr. Presidente se encontraba, nos describió, nos contó la historia de un país envidiado por todos y por tanto ejemplo universal del buen hacer. Supongo que en su sueño de grandeza y de autocomplacencia, no tuvo en cuenta que el país del que él enumeraba sus bondades y que presidía, no era el nuestro. Su país era algo parecido a la "Tierra o País de Jauja". En esta o este, todos vivíamos felices y contentos. Nuestros salarios eran el "no va más". Con ellos nuestras familias vivían a toda pastilla. No existía el paro. La educación inmejorable la sanidad pública, universal y con magníficas prestaciones. Las pensiones daban a los jubilados un poder adquisitivo que no tenía parangón en la UE. Y no digamos el futuro, un camino de miel y rosas para la juventud, a la que las empresas del país esperaban con los brazos abiertos para ofrecerles el puesto de trabajo con el que habían soñado.
   Sr. Presidente; baje de la nebulosa en la que habita con su coro de gobierno y deje de escuchar esa música celestial que le nubla la mente y le impide razonar. Enfrente la realidad del país que gobierna, con su pobreza, su miseria, su indigencia y los atropellos sociales que lo aterran, o váyase antes de que las urnas posiblemente dictaminen su salida.
   Personalmente no le deseo ningún mal; pero su actuación ante el país y sobre todo su análisis, fue de "Juzgado de Guardia".

                                                           
                                                                                         A.R.M.

viernes, 26 de diciembre de 2014

El nido.

    Debajo de mi ventana
ha anidado un pajarillo,
va y viene con sus ramas,
con sus ramas en el pico.
    Como dos enamorados
van construyendo su nido,
entrelazan las ramitas,
trabajando con ahínco.
    Sus cantos en la mañana
y sus trinos matutinos,
anuncian la primavera
porque el invierno se ha ido.
    Huevos blancos y pequeños,
ya han dejado en el nido,
se turnan y se intercambian
siguiendo los dos su turno.
    Muchos días en la ventana,
vigilo, contemplo el nido.
Yo siento una envidia sana
de los lindos pajarillos.
    Revoloteos incesantes,
alegres y tiernos trinos
cuando los padres les llevan,
les traen la comida al nido.
     Temprano una mañana,
vi salir los pajarillos,
abandonaron la casa,
muy solo quedó el nido.
    Pero tengo la esperanza
de oír de nuevo sus trinos,
cuando otra vez el amor,
les haga volver al nido.
                                                                                               A.R.M.

Recuerdos de niño.

   Yo he soñado cuando niño,
con brujas de caras malas,
con dientes largos salientes
y de pieles arrugadas.
   Que volaban en escobas
vestidas con una capa,
de narices puntiagudas
y verrugas en la cara.
   Que recorrían la noche
y a los niños asustaban.
Andaban por los tejados
riéndose a carcajadas.
   Existían los gigantes
que a los niños se tragaban,
y el lobo astuto, terrible
tras de la puerta acechaba.
   Viví mi etapa de niño,
aquella etapa dorada.
Cierto creía en brujas
y que todas eran malas.
   Cómo ha cambiado este mundo,
en él ya no hay brujas malas,
pero existe la pobreza
de los niños en su casa.

                                                                                                A.R.M.

jueves, 25 de diciembre de 2014

Fiesta en el prado.

   Ya se ven por el camino,
a las gentes que cabalgan
en alegres borriquillos.
Del polvoriento camino,
se levanta el polvo, vuela
del alegre trotecillo.
   La mañana se acicala,
en el arroyo se peina
y una cinta de colores,
sobre su linda cabeza,
adorna su rubio pelo
que luce para la feria.
   Un perfume de amapolas,
embarga toda la fiesta,
y en los cercados del campo
resalta la fresca hierba,
amarillas florecillas,
¡qué bella está la pradera!.
   Un helado vientecillo
que proviene de la sierra,
sopla con sorna burlona,
quiere sumarse a la fiesta.
Y un borriquillo travieso
retoza sobre la yerba.
   Vuelven a casa las gentes,
se ha terminado la feria.
Quedan el campo, las hierbas,
sola queda la pradera
y contenta la mañana,
lava su cara, se peina

                                                                                                             A.R.M.

Sin gente.

   El pueblo estaba vacío,
sus gentes ya se marcharon,
las calles tristes, sombrías
del pueblecito serrano.
   Recuerda el pueblo los años,
que no volverán, pasaron.
A la plaza de su iglesia
y a esos niños jugando.
   Las niñas jugando al coro
y los niños guerreando,
a su fuente de agua limpia.
Ya no será como antaño.
   Don Aurelio, ese buen hombre,
era su cura, párroco.
Ya no les dirá la misa
también él se ha marchado.
   Los pueblos tienen memoria
y recuerdan paso a paso,
a las gentes que vivieron,
en ese pueblo hace años.
   Las campanas ya no tocan,
ya no suenan como antaño.
Está vacío por dentro,
el pueblecito serrano.

                                                                                        A.R.M.

Duro invierno.

   Rápida cae la tarde
sobre la yerma llanura.
Sufre la tierra del llano
que ansiosa espera la lluvia.
   El frío, señor del invierno
azota con saña, con furia,
la recorre un viento helado
que aúlla como jauría.
   Una cabaña de ramas
tiene el bosque en su espesura,
cubierta de blanca nieve
y la chimenea oscura.
  Un fueguecillo calienta
al viejo y pobre ovejero,
y un catre desvencijado,
tiene de cama el rehalero.
   En el redil veinte ovejas,
a las que cuidan dos perros,
que ciegamente obedecen
al solitario cabrero.
   La sierra y el bosque esperan
a que se vaya el invierno,
y que la helada llanura
luzca su vestido nuevo.

                                                                                         A.R.M.

A los niños.

   He recorrido caminos
y he luchado en mil trincheras,
en todas partes he visto
alegrías y tristezas.
   Gentes que no tienen nada,
otros que amasan riquezas,
pobres que buscan sustento,
un corazón, su grandeza.
   Caravanas de tristeza,
hambres que muestran su cara,
buscan socorro de urgencia
para llevar algo a casa.
   Tienen muy turbios los ojos,
no de envidia, de tristeza,
le duele dentro muy dentro,
su pobreza, su miseria.
   No conocí cuando niño,
esa terrible miseria.
Pero ahora son los niños,
que viven en la indigencia.
   Pobre del país que ignora
de sus niños la pobreza,
y que no sabe que tiene
en ellos su gran riqueza.

                                                                                            A.R.M.

martes, 23 de diciembre de 2014

Compartir.

   Me ha llamado poderosamente la atención el "reclamo publicitario" sobre la Lotería de Navidad. En él la palabra clave es "compartir". Pero yo me pregunto ¿compartir qué? Posiblemente se trate de formar parte de los desahucios y por tanto de los desahuciados. De compartir el hambre, la miseria y la pobreza entre los casi cuarenta y seis millones de seres que pueblan nuestro país. Pero en realidad no son cuarenta y seis sino 16 millones a los que la pobreza, la miseria y la indigencia acecha detrás de la puerta.
   Este país, además de la crisis económica-institucional tiene un gran problema: individualizan la riqueza o las ganancias y socializan las pérdidas o pobreza. Les es más fácil repartir la pobreza entre las clases pobres y medias, que compartir la riqueza que el país produce con todos, incluyendo a esos
casi dieciséis millones que no tienen casi nada. Las familias ricas crecen de forma exponencial. El aumento no tiene parangón con los países del resto de Europa. En ellos, si bien la crisis ha hecho acto de presencia, sus gobernantes hicieron lo necesario para no introducir cambios que dañaran la sociedad, sobre todo a los más débiles. En nuestra querida España, un 25% del PIB desaparece en no se sabe bien qué manos por arte de magia.
   En nuestro soleado país, según alguno o algunos de nuestros inefables políticos, los niños no están delgados porque pasan hambre. Su problema es la obesidad debida al exceso de comida. Magnífico diagnóstico hecho desde la altura; posiblemente de un ático.
   Bajen de la nebulosa en la que viven, pongan los pies en la tierra y miren al pueblo. Pregunten y analicen las listas de Cáritas y demás ONG; verán cuan equivocados están.
   Recuperen el Espíritu Navideño y repartan la riqueza que es de todos y a la que todos tienen derecho. Así lo dice la "Carta Magna". Pues empiecen por cumplirla para que puedan ser creíbles.
   "Por sus acciones los conoceréis" dice Jesús al final del Sermón de la Montaña. Ya no vale aquello de la herencia recibida. Su forma de actuar siempre en sentido único, sin acciones que permitan salir a flote a los más necesitados, sus discursos sobre regeneración democrática, son pura y simple palabrería.
   Creo que me estoy haciendo viejo, los síntomas son alarmantes. Antes disfrutaba con la Navidad, ahora me entristece. La veía como la fiesta familiar por excelencia en la que todos participaban sin excepción, felices y contentos por compartir y repartir. Hoy cerca de un 30% de la población sólo puede compartir y repartir miseria.¿Es este el Espíritu Navideño? Pero si tener inquietudes sociales y preocuparse por los que no tienen nada, que no tienen que comer y además sin techo es un síntoma de vejez, no tengo más remedio que confesar que me estoy ¡haciendo viejo!

                                                                                         A.R.M.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Primavera.

   Era primavera, desde mi ventana
vi dos arbolillos y una fuente clara.
Abril se moría, la tarde estrellada,
los altivos pinos muy verdes estaban.
   Me quedé despierto y una Luna clara,
sonríe dichosa, mayo ya llegaba.
Qué dulce la noche, dormida mi alma
flotaba en el cielo, miré a mi ventana.
   Un sueño profundo tenía mi amada,
me quedé extasiado al mirar su cara,
su negro cabello cubría la almohada.
   Pasada la noche, llegó la mañana.
Unos pajarillos alegres cantaban
haciendo su nido bajo mi ventana.


                                                                                               A.R.M.

El viaje.

   Cuando yo me vaya
hacia el otro lado,
dejaré el jardín
con su manto blanco,
y el pozo con flores,
la gente, mi barrio.
   Y me iré contento
mirando al pasado,
y una lagrimilla
de gélido tacto
saldrá de mis ojos,
quizá ya cerrados.
   No ha sido la vida
camino dorado,
más bien un suplicio,
pero ya ha pasado.
Espero con calma
mi fin sosegado.
   Dicen que la muerte,
es como un mal trago,
que sabe a tinieblas
con su oscuro manto,
y me iré con ella
sin pena, sin llanto.
   Y por ese camino
de sabor amargo,
dejaré mi sombra,
vagando, esperando
que la Luz Eterna,
me tienda su mano.
                                                                                             A.R.M.

¡Gloria!

   He leído en el pasado,
retrocedí en el recuerdo,
me he mirado intensamente
en el espejo del tiempo.
   La gloria, yo no la quiero,
efímero triunfo mundano,
sueñas cuando estás arriba,
luego se va de las manos.
   Grandes hombres de este mundo,
su gloria en la vida alcanzaron,
el amor y la riqueza,
del éxito disfrutaron.
   Su nombre ya no recuerdo,
pero un sabio dijo un día
que la vida sin acciones,
es sólo palabrería.
   La vida, ya la he vivido,
he dormido aquí y allá,
jugó conmigo el destino
y la gloria ¡qué más da!


                                                                                             A.R.M.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Partir.

   Te vas dejando un vacío,
te vas con el desaliento
de los tuyos que ahora lloran,
y que sufren en silencio.
   Cuando suene la campana,
ronca, tocando a muerto,
tu recuerdo estará vivo
vivo estará tu aliento.
   El alma en silencio llora,
llora su pena en silencio,
sólo se escucha el sonido
de la campana en el tiempo.
   La muerte llegó con prisa,
cubrió con su manto negro,
sesgó de pronto tu vida,
de pronto sesgó tu genio.
   El eco de la campana,
se ha borrado con el tiempo.
De los ayes lastimeros
sólo nos queda el recuerdo.

                                                                                           A.R.M.

.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Esperanza.


 Tenía sólo quince años
cuando yo la conocí.
Su mirada de esmeralda
se quedó clavada en mi.
   Me alejé sin darme cuenta
y mi camino emprendí,
lejos de aquella mirada,
lejos, muy lejos de allí.
   Yo no olvidé a la chiquilla,
ni ella se olvidó de mi.
Soñé que la había perdido,
que no estaba junto a mi.
   El azar mi fiel amigo,
nunca se olvidó de mi
y conduciendo al destino,
él me llevó junto a ti.
   Ahora tengo esa mirada,
cerca, tan cerca de mi,
que ya no quiero otra vida
vivo mi sueño feliz
   Mil amores sólo en uno,
es lo que siento por ti,
y cuando llegue el gran sueño,
siempre estaré junto a ti.

                                                                                                     A.R.M.
.
 

jueves, 18 de diciembre de 2014

Canto a Jaén II.


 Un mar de olivos parece
la parda y verde campiña.
Una rama de olivo enseña,
rezuma negra aceituna.
   Dormidas están las calles
de la vieja judería.
Y en aguas de árabes baños
se bañan vírgenes puras.
   Un castillo centinela
a tu Catedral vigila.
Jaén tan bella en la noche,
bajo la brillante Luna.
   Suenan fuerte tus campanas,
cuando sopla el viento, aúlla,
y una saeta en la noche
canta una pena profunda.
   Si yo pudiera cantarte,
recorrerte noche y día.
Ver tus viejos olivares
y esa oscura serranía.
   ¿Por qué te mueres Jaén?
Tus hijos se van, emigran.
Llevan tu tierra en su alma.
¡Defiéndelos, lucha, grita!

                                                                                           A.R.M.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Ventisca.

   Cae la nieve lentamente
sobre la yerma llanura.
El cielo gris, blanquecino
las montañas difumina.
   Un helado vientecillo
corta la cara, la arruga,
y una lágrima friolera
por el rostro se desliza.
   Las aves buscan abrigo,
en los pinos se refugian
y el roble altivo del bosque,
enfrenta las noches frías.
   Un pequeñillo regato
se hiela, no tiene vida,
y el cervato busca ansioso
las raíces escondidas.
   Un rayo travieso asoma
entre las nubes oscuras.
El bosque sonríe alegre,
de nuevo sopla la vida.


                                                                                                 A.R.M.

Al Caballero.

   Ayer caballero andante,
hoy ejemplo de vida.
Soñador empedernido,
cabalgando sin fatiga.
   Rocinante, buen rocino
en su lomo te llevó,
deshaciendo los entuertos
en ofrenda de tu amor.
   ¡Quién no sueña con la gloria
que don Alonso soñó!
¡Quién no sueña con la amada!
¡Quién no defiende su honor!
Loado sea el caballero
que tanta gloria alcanzó.
Nunca se dio por vencido,
más que vasallo señor.
   No pierdas la confianza,
denuncia la sin razón,
que no humillen tu grandeza,
que no mancillen tu honor.


                                                                                                A.R.M.

Sueño y despertar.

   Ayer soñé que vivía
una feliz realidad.
Los niños todos comían,
los padres a trabajar.
   La educación como base
de un futuro por llegar.
La sanidad para todos.
Era un país ejemplar.
   Me despertaron los gritos
y volví a la realidad,
de mi país que se muere,
que matan su dignidad.
   Vi llorar los desahuciados,
de rodillas suplicar.
Que no les quiten sus casas,
que llega la Navidad.
   Recuerden los gobernantes,
cuando a la iglesia van,
que Cristo nació muy pobre,
¡en un humilde Portal!


                                                                                         A.R.M.

Muerte de don Nicolás.

   Se murió don Nicolás
y no sabemos de qué.
Dicen que de un atracón
de faldas o de comer.
   Soltero de nacimiento,
fue mocito de buen ver.
Simpático "calavera",
un don Juan de anochecer.
   Bien le pegaba al "morapio"
y al brandy seco también.
Las gambas, los langostinos
y matar al "volapié".
   Maestro del buen vivir,
frecuentaba el cabaret,
los tientos y la guitarra
y el "reservao" del café.
   Lo enterraron por la tarde,
deprisa, en un santiamén.
En su esquela mortuoria,
no se explicaba por qué.
   Los amigos apenados,
brindaron todos por él,
y no se fueron de juerga
porque era capaz de volver.
   El misterio de su muerte,
se extendió a todo correr,
y no hubo buena moza
que no llorara por él.
   No tendremos sus requiebros,
las mozas decían de él,
y con ayes lastimeros
rezaban todas por él.
   El bueno de Nicolás
arrepentido se fue
y al ver la fiesta en el cielo,
se creyó en el cabaret.
   Amiga "parca" que muestras,
qué mala vida llevé.
Y adentrándose en la Gloria,
su gloria se fue con él.

                                                                                             A.R.M.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Preguntas.

   A golpes bien lo clavaron
en una cruz negra,
de palo.
   De su casa también echaron
a todos los desahuciados,
a palos.
   De los pobres ahorradores
se han ensañado los bancos,
robando.
   La justicia,¡qué justicia!
en este país de espanto,
callando.
   La avaricia y la codicia
han hecho de los hombres,
esclavos.
   Y la Santa Madre Iglesia
mira siempre al otro lado,
rezando.
   Yo pregunto al Dios Eterno
y lo pregunto con rabia,
indignado.
   ¿De qué nos sirvió tu muerte
en una negra cruz,
de palo?

                                                                                   A.R.M.

martes, 9 de diciembre de 2014

El espejo.

   Me he mirado en el espejo
y el retrato que yo vi,
no me recuerda la imagen
que yo tenía de mi.
   Las arrugas como surcos
muy marcadas en mi piel,
en mi cara las ojeras,
copas de vino, jerez.
   Se me fue la juventud
y los amores de ayer,
el tiempo, ya los borró,
pasó a todo correr.
   Sólo me queda la angustia
y los surcos en la piel,
los recuerdos de un pasado,
de una vida de papel.
   Este espejo traicionero,
no retrocede al ayer,
y una sonrisa burlona
veo reflejada en él.
   Te rompería en pedazos,
amigo que fuiste ayer,
enemigo si reflejas,
la imagen que ahora ves.
   La vida no te perdona,
el tiempo, objetivo juez,
como el espejo refleja
en tu imagen la vejez.

                                                                                    A.R.M.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Ciego.

   No puedo ver este mundo,
para mi lo es todo negro,
no puedo ver sus colores
porque llegué al mundo ciego.
   Pero veo con otros ojos
y lo imagino por dentro,
siento mil cosas, perfumes,
perfumes que lleva el viento.
   No lo permitió el destino
que viera el azul del cielo,
ni esa carita preciosa
porque sólo veo negro.
   Sólo le pido a la vida,
que con tu voz, con tu aliento,
te introduzcas en mi mente
porque yo he nacido ciego.
   Cierto que no puedo ver
pero sí toco tu cuerpo,
y en esa caricia infinita
sopla la brisa del cielo.
   Explícame que tu amor,
ese que llevo muy dentro,
me llevará de tu mano,
en las tinieblas de un ciego.

                                                                                       A.R.M.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Noche de Navidad.

   Oigo voces en la calle.
pasa alegre la fanfarra,
veo que canta la gente
van tocando la guitarra.
   Van cantando villancicos
y a la luz de las farolas,
en la Noche Navideña
suena alegre la zambomba.
   Dicen que Dios ha nacido,
que ha llegado nuestro bien,
en un humilde pesebre,
en un portal de Belén.
   Que llegaron los pastores,
le trajeron queso y miel,
y que una mula y un buey
calor le daban a Él.
   Llegan los Magos de Oriente
y se postran ante Él,
y le ofrecen sus presentes
Ante María y José.
   Le pido esta noche al Niño
que los pobres como Él
en esta Divina Noche,
que todos puedan comer.
   Que toque los corazones,
de ese pueblo de Israel
porque la lucha en Oriente,
no tiene razón de ser.

                                                                                          A.R.M.

Caminando.

   Pasó como un torbellino
la juventud, la belleza,
se marchó por el sendero
de la vida, que es de tierra.
   Marcados por las arrugas
como surcos en la tierra,
avanzamos paso a paso
hacia la muerte que espera.
   No sabemos dónde está
pero sabemos que acecha,
envuelta en su negro manto,
con su sonrisa siniestra.
   Yo no le temo a la muerte
de hecho, nací con ella,
con ella viví momentos
de llanto, dolor y pena.
   Cuando me llegue el momento
y me tropiece con ella,
como dos viejos amigos,
yo dejaré en paz la Tierra.

                                                                                                A.R.M.

A Miguel Hernández

   Un hombre trabaja solo
con su azada la tierra.
La espalda rota, encorvada,
remueve la tierra seca.
   Trabaja de sol a sol,
por un jornal de miseria.
No sabe hacer otra cosa
él sólo labra la tierra.
   La piel morena, quemada
por el sol que a él le ciega.
Las manos encallecidas
pero intacta su fiereza.
   La tierra estima el trabajo,
con sus mieses recompensa,
rindiéndole al campesino
una abundante cosecha.
   Patronos, terratenientes
propietarios de la tierra,
pagad un salario justo
y no un jornal de miseria.
   El hombre al que contratáis
para labrar vuestra tierra,
esclavo vuestro no será
ni humillaréis su fiereza.

                                                                                                        A.R.M.

La búsqueda.

   Saltando voy por el mundo
como soldado en trinchera,
asustado y aturdido
como en las noches de niebla.
   Llamo a voces, no me escuchan,
no siento nada, me aterra
y en la fiebre de mi mente,
ya sólo tengo tristeza.
   En este mundo perdido,
ya no hay paz,sólo la guerra,
el hambre, la soledad,
la miseria y la pobreza.
   Ando por ahí sin rumbo,
vagando como alma en pena
y en mi rumbo sin sentido,
busco a Dios en las tinieblas.
   Ayer libres, hoy esclavos
de este mundo sin nobleza,
de un sistema que hace pobres
y de sus casas los echan.
   Sólo espero que el destino,
la Divina Providencia,
enseñe el recto camino
a los que amasan riqueza.

                                                                                                   A.R.M.
,

Al Niño del portal.

   Dicen que Dios ha nacido,
en Belén, en un portal,
entre pobres y pastores,
yo no sé por qué será.
   Pudo nacer en palacio
entre los ricos de allá
pero eligió la pobreza,
la pobreza de un portal.
   Los primeros que acudieron,
fueron los pobres de allá,
descubrieron al Niñito
entre pajas, en el portal.
   Le rindieron homenaje
a ese Dios que encarnará,
la bondad y la justicia,
el amor, la caridad.
   Repartid vuestra riqueza,
dad al pobre caridad,
no le quitéis el derecho
que encarna la Navidad.
   Si nació pobre y humilde,
en un humilde portal,
si rechazó la riqueza,
¡yo no sé por qué será!
                                                                                                 A.R.M.