domingo, 28 de diciembre de 2014

El País de Jauja.

   Escuché con atención el Mensaje de Navidad del Rey Felipe VI que en general me pareció bien, aunque sobrevoló algunos asuntos peliagudos.
   Me quedé estupefacto, atónito ante el mensaje-venta de nuestro inefable Presidente del Gobierno Sr. Rajoy. Mi incredulidad fue "in crescendo" a medida que avanzaba la venta de productos "made in PP" y las explicaciones "sui generis" para intentar convencernos de las bondades de los productos por ellos fabricados.
   Desde la "Nebulosa Trolitis" en la que el Sr. Presidente se encontraba, nos describió, nos contó la historia de un país envidiado por todos y por tanto ejemplo universal del buen hacer. Supongo que en su sueño de grandeza y de autocomplacencia, no tuvo en cuenta que el país del que él enumeraba sus bondades y que presidía, no era el nuestro. Su país era algo parecido a la "Tierra o País de Jauja". En esta o este, todos vivíamos felices y contentos. Nuestros salarios eran el "no va más". Con ellos nuestras familias vivían a toda pastilla. No existía el paro. La educación inmejorable la sanidad pública, universal y con magníficas prestaciones. Las pensiones daban a los jubilados un poder adquisitivo que no tenía parangón en la UE. Y no digamos el futuro, un camino de miel y rosas para la juventud, a la que las empresas del país esperaban con los brazos abiertos para ofrecerles el puesto de trabajo con el que habían soñado.
   Sr. Presidente; baje de la nebulosa en la que habita con su coro de gobierno y deje de escuchar esa música celestial que le nubla la mente y le impide razonar. Enfrente la realidad del país que gobierna, con su pobreza, su miseria, su indigencia y los atropellos sociales que lo aterran, o váyase antes de que las urnas posiblemente dictaminen su salida.
   Personalmente no le deseo ningún mal; pero su actuación ante el país y sobre todo su análisis, fue de "Juzgado de Guardia".

                                                           
                                                                                         A.R.M.

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