jueves, 25 de diciembre de 2014

Sin gente.

   El pueblo estaba vacío,
sus gentes ya se marcharon,
las calles tristes, sombrías
del pueblecito serrano.
   Recuerda el pueblo los años,
que no volverán, pasaron.
A la plaza de su iglesia
y a esos niños jugando.
   Las niñas jugando al coro
y los niños guerreando,
a su fuente de agua limpia.
Ya no será como antaño.
   Don Aurelio, ese buen hombre,
era su cura, párroco.
Ya no les dirá la misa
también él se ha marchado.
   Los pueblos tienen memoria
y recuerdan paso a paso,
a las gentes que vivieron,
en ese pueblo hace años.
   Las campanas ya no tocan,
ya no suenan como antaño.
Está vacío por dentro,
el pueblecito serrano.

                                                                                        A.R.M.

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