lunes, 29 de diciembre de 2014

Amalgama 15.

    He leído detenidamente Amalgama 15 y al terminar de leerla, me he visto sumergido en un mar de números, estadísticas, actuaciones, buenos consejos en la forma acostumbrada y un sin fin de detalles seudo- administrativos. Un completo resumen del "buen hacer". Quede bien claro que no se trata de una crítica, sino de una simple opinión de un alumno de industriales del 60.
    ¿Pero estamos hablando del mismo Colegio? ¿De la misma SAFA? Puede que me equivoque pero quizá en mi ignorancia, dudo que estemos hablando de aquella SAFA. De aquellos alumnos que al grito o slogan de "paso a la juventud", salíamos del Colegio con hambre; con ansias de comernos el mundo exterior que nos esperaba duro y expectante, y al que teníamos que demostrarle lo que sabíamos hacer, tras varios años de intensos estudios y siempre con la "Espada de Damocles" del suspenso sobre nuestras cabezas que nos podía acarrear posiblemente un negro futuro.
    En cuanto a las respuestas a García Mauriño, las citas son muletillas que resuelven a veces situaciones seudo-sociales y además suelen quedar bien. Mi amigo Paco Bordés al que considero un "héroe de la resistencia" y eficaz compañero de fatigas de aquellos heroicos tiempos, hace bien en citar a Eleonor Roosevelt, aunque para ella era muy fácil soñar. Pero ante la otra cita, no es malo recordar que "para saber adónde vas, tienes que saber de dónde vienes". Esto no es añorar el pasado puesto que vivo en el futuro que yo mismo me labré. Pero no puedo abstraerme de recordar con un inmenso cariño a aquella SAFA que en cierto modo se sacrificó, luchó y pidió lo indecible para procurarme los medios pertinentes para que yo pudiera labrarme un futuro.
    En el recuerdo de aquella indómita SAFA. ¡¡¡VIVA LA SAFA!!!




                                                                                               A.R.M.

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