lunes, 22 de diciembre de 2014

El viaje.

   Cuando yo me vaya
hacia el otro lado,
dejaré el jardín
con su manto blanco,
y el pozo con flores,
la gente, mi barrio.
   Y me iré contento
mirando al pasado,
y una lagrimilla
de gélido tacto
saldrá de mis ojos,
quizá ya cerrados.
   No ha sido la vida
camino dorado,
más bien un suplicio,
pero ya ha pasado.
Espero con calma
mi fin sosegado.
   Dicen que la muerte,
es como un mal trago,
que sabe a tinieblas
con su oscuro manto,
y me iré con ella
sin pena, sin llanto.
   Y por ese camino
de sabor amargo,
dejaré mi sombra,
vagando, esperando
que la Luz Eterna,
me tienda su mano.
                                                                                             A.R.M.

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