viernes, 26 de diciembre de 2014

El nido.

    Debajo de mi ventana
ha anidado un pajarillo,
va y viene con sus ramas,
con sus ramas en el pico.
    Como dos enamorados
van construyendo su nido,
entrelazan las ramitas,
trabajando con ahínco.
    Sus cantos en la mañana
y sus trinos matutinos,
anuncian la primavera
porque el invierno se ha ido.
    Huevos blancos y pequeños,
ya han dejado en el nido,
se turnan y se intercambian
siguiendo los dos su turno.
    Muchos días en la ventana,
vigilo, contemplo el nido.
Yo siento una envidia sana
de los lindos pajarillos.
    Revoloteos incesantes,
alegres y tiernos trinos
cuando los padres les llevan,
les traen la comida al nido.
     Temprano una mañana,
vi salir los pajarillos,
abandonaron la casa,
muy solo quedó el nido.
    Pero tengo la esperanza
de oír de nuevo sus trinos,
cuando otra vez el amor,
les haga volver al nido.
                                                                                               A.R.M.

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