lunes, 15 de diciembre de 2014

Ventisca.

   Cae la nieve lentamente
sobre la yerma llanura.
El cielo gris, blanquecino
las montañas difumina.
   Un helado vientecillo
corta la cara, la arruga,
y una lágrima friolera
por el rostro se desliza.
   Las aves buscan abrigo,
en los pinos se refugian
y el roble altivo del bosque,
enfrenta las noches frías.
   Un pequeñillo regato
se hiela, no tiene vida,
y el cervato busca ansioso
las raíces escondidas.
   Un rayo travieso asoma
entre las nubes oscuras.
El bosque sonríe alegre,
de nuevo sopla la vida.


                                                                                                 A.R.M.

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