lunes, 1 de septiembre de 2014

El cortijo.

   Cuenta una Historia Medieval, que hubo una vez un enorme Cortijo en el que habitaban toda clase de gente, y que con su comportamiento y su buen hacer contribuían al buen funcionamiento de este. Sus
habitantes, cada cuatro años y por votación popular, elegían un Órgano Rector para encargarse de la
administración del Cortijo en todos los sentidos.
   Pero he aquí que el gran Cortijo, fue dividido en diecisiete caseríos y dos pequeñas alquerías creyendo
que de esta forma el Cortijo funcionaría mejor. Craso error que llevaría al gran Cortijo a la ruina.
   Los eventuales diecinueve dirigentes más el Órgano Central, se creyeron legítimos propietarios de estos,
y lo que parecía ir bien, empezó a desmoronarse. El Órgano Rector, y amparándose en su mandato, empezó
a dilapidar la riqueza que los habitantes a fuerza de trabajo habían acumulado, sumiendo a los jornaleros,
peones y trabajadores en general en la más completa miseria.
   El Órgano Rector con prácticas de ética y moral dudosas, puso de moda el "todo para unos" despertando
la codicia y la corrupción en todos los términos del Cortijo. En tan relevante labor, dejó a los jornaleros sin
jornal, a los peones sin peonadas, a los enfermos sin médicos, a los niños con hambre y a la educación sin
escuelas, sin profesores. Los sin techo, los desahuciados proliferaron por todas partes y sumieron en la
pobreza al treinta por ciento de la población.
   Los allegados, palmeros y simpatizantes del Órgano Rector se enriquecieron con el "maná" (sudor del pueblo) y el Jinete del Apocalipsis (el hambre) no pasó por su casa.
   Ante tal panorama de miseria, hambre y desolación, una luz en el túnel del tiempo y de la esperanza, se
vislumbró. Esa luz que depende de la madurez política y sentido cívico de los habitantes del Cortijo ¿iluminará sus mentes? o por el contrario seguirán inmersos en el "que sea lo que Dios quiera". Todos los
hombres nacen libres e iguales por naturaleza ( Rousseau: El Contrato Social). Esto lo tienen que tener muy
en cuenta los jornaleros, pones y demás habitantes del Cortijo.
   Una persona, un voto; ese sería el verdadero sentido de la Democracia. Pero en el Cortijo que fue
secuestrado y aún lo sigue, hace varios siglos nunca existió ni convino a los poderes la Democracia.
   La fuerza política no de be constituir ningún Derecho Político; antes bien debe estar supeditada al bien
social y económico del pueblo, ya que únicamente para esto, fue aupada al poder.


                                                                                                              A.R.M.




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