sábado, 8 de febrero de 2014

En recuerdo de Federico García Lorca

   Andaban de dos en dos,
en dos formando parejas.
Llegan los Guardias Civiles,
los gitanos, en la hoguera.
   Sus amplias y verdes capas,
esconden las cartucheras,
los tricornios en la frente,
ocultaban sus cabezas.
   Huyen, los gitanos corren,
saltan detrás de la hoguera,
surcos de sangre en su carne,
ayes, sollozos que aterran.
   Grita fuerte la Camboria,
mana sangre de sus venas,
y los sables rutilantes,
cortan, cercenan cabezas.
   La Luna vistió de luto,
lloró gemidos de pena
y el campamento gitano,
voló con el alba nueva.
   Ya se van los Picoletos,
la muerte, apagó la hoguera,
silencio en el campamento,
el Duende llora de pena.
                                                                    A.R.M.





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