viernes, 17 de enero de 2014

Una mirada.

  Las flores, el jardín y tu mirada,
dejaron honda huella en mi alma.
De mañana, en tu jardín paseabas,
entre flores tu belleza que dañaba.
  Recuerdo esa imagen tan ansiada,
en mi mente, esa imagen tan soñada.
Sólo pienso en la visión tan amada,
que el destino me lleve a tu morada.
  Que el pensil que las flores embellecen,
mil colores, se mezclan, aparecen,
tu mirada, tu figura engrandecen.
  Cruel el destino que reaparece,
que mi alma, mis sentidos adormece,
no imagino la vida sin tenerte.

                                                                     A.R.M.

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