lunes, 18 de agosto de 2014

Pequeñez.

   Era una tarde alegre,
de la vega cordobesa.
Los trinos del ruiseñor,
anuncian la primavera.
   El Sol caminaba lento,
hacia la cercana sierra.
Un nublo majestuoso,
se posa sobre la cresta.
   Un cervatillo sediento,
bebe el agua de la acequia,
y luego corre asustado,
hacia su madre que espera.
   Viendo la escena, el paisaje,
la Creación, tanta belleza,
me sentí pobre y humilde,
muy pequeño aquí en la Tierra.



                                                                                     A.R.M.

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