lunes, 11 de abril de 2016

A qué o a quién se parece la muerte.

   En general, y según una encuesta sobre la muerte que hice en Estrasburgo entre tres tipos de población, la perspectiva de la muerte no es muy atractiva. Esta puede ser terrible, dolorosa, apacible y si tenemos suerte rápida. Pero,¿estamos equivocados en lo que a ella concierne?. Ciertos mensajes que nos llegan del "otro lado, del más allá" nos hacen pensar que no debemos inquietarnos. En realidad es la transición natural, el paso de una realidad de existencia a otra; de un vivir en, al vivir fuera de aquello que en la "contingencia" fuimos.
   Ciertos testimonios a seres queridos, indican que no recuerdan el momento ni el cómo y de no haber sentido ningún dolor. Al principio del deceso, se extrañan, no interiorizan que están muertos. En la gran mayoría de casos, la muerte es como un sueño que poco a poco se transformas en una nueva realidad que por el momento no comprenden al no sentir las emociones que la muerte conlleva. Si hacen hincapié en una preocupación por los demás que tras de si dejan. No entienden la desesperación, el llanto, pero no pueden decirles y eso los acongoja que viven en otro sentido en una vida de paz y felicidad. A veces, al poco tiempo después de la muerte, bien que sean en tránsito hacia el otro ser, sienten la necesidad de visitar a los que aman en el mundo que han dejado, a la Tierra que los vio nacer y que plenos de amor visitan.
   Creo que es imposible en la vida real, en el hacer cotidiano de una persona, explicar, intentar sentir el momento de la muerte. Yo creo que todo pasa rápido, en un instante te das cuenta de que tienes un cuerpo distinto al tuyo, pero que aún en la diferencia, es el mismo. Te parece irreal, extraño. No sientes su peso y su ligereza y flotabilidad son increíbles. No comprendía cómo yo podía ver pero a mi no me veían. Me encontraba en otra onda vibratoria, distinta a la que vivía sobre la Tierra. Me costó dentro de mi felicidad comprender la realidad: ¡yo estaba muerto!
   Este pequeño artículo puede ser real, irreal o simplemente imaginario. Será al sufrido lector de juzgarlo y quizá le cambie su sentido, su creencia sobre la muerte; sobre el "Más Allá".


                                                                                                                    A.R.M.

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