jueves, 28 de abril de 2016

El Subconsciente.

   El otro día me sucedió algo que me dio que pensar. Mi otro "yo" me jugó una mala pasada y en elucubraciones soñolientas me encontré sumido en pleno "Siglo de Oro", dentro del espíritu de Lope de Vega y en concreto en Fuenteovejuna. Se encontraban ante mi los cuatro representantes del pueblo acusados de intento de asesinato. Pero la pregunta de ¿quién mató al Comendador? no era tal y en su lugar era esta otra: ¿quién hirió la Democracia?, a lo que el pueblo respondía estos cuatro por desgracia.
    Pedí rápidamente la espada para cercenar las cabezas de tan desleales dirigentes, pero la rabia, la ira por tan estúpidos comportamientos no hicieron mella en mi, no apliqué el "liquidación por derribo" y no rodaron cabezas.
    En mi papel de Rey Fernando, pedí, exigí responsabilidades por tan horrible atentado, pero unos y otros se echaban la culpa y me fue del todo imposible saber el grado de culpabilidad de los cuatro dirigentes.
    En mi justo afán por esclarecer la culpa de tan nefastos representantes, creí que lo más conveniente sería una nueva consulta popular y que el pueblo, como corresponde, fuera el que resolviera , el que dictaminara el grado de culpabilidad de unos y otros. Pero, ¿estaría el pueblo política y socialmente maduro para exigir responsabilidades a sus representantes y envíarlos al "Panteón de la Historia" o se conformaría diciendo con el clásico pesimismo ¡sea lo que Dios quiera!.
    En ese momento volvió mi yo real y descubrí la realidad de lo soñado. Llevamos a cuestas la fatídica leyenda del pesimismo, del desgobierno, la intolerancia. la rancia picaresca del "Lazarillo" o del "Buscón", de la España de la pandereta, del calla y roba y de todos los atropellos imaginables, y de ahí no salimos, si es que alguna vez tuvimos la intención de salir.
    Ahora tenemos una nueva oportunidad, habrá nuevas listas en las que presuntamente irán estafadores, ladrones de guante blanco, liberales, socialdemócratas, corruptos, algún repartidor de sobres, maestros de la demagogia y hasta trileros panameños. Pero por favor vayan a votar; voten al que les parezca mejor. Nos va en ello el futuro del País.
    Querido y sufrido pueblo: no olvidéis que por su falta de compromiso o bien por su alienación política y social, en el devenir de la Historia, sea pasada, presente o futura, los pueblos son responsables de sus decisiones y por tanto: ¡tienen lo que merecen!.

                                                                                                    A.R.M.

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