miércoles, 12 de octubre de 2016

¡Hasta pronto Julio!

   El domingo día cuatro de septiembre, por la mañana, yo no esperaba ninguna llamada. De pronto sonó el teléfono. Pensé en Serrano Portal y por asociación en Tarragó. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y pensé: otro amigo que se va. No me engañó mi intuición y efectivamente Portal me dijo: Julio ha muerto. Durante un instante recordé su figura, su gracejo, su vitalidad, a la que la cruel Parca había destruido, y por encima de todo su amistad sin recovecos y dispuesta al sacrificio en honor a ella.
   Fuimos compañeros y amigos. Miles de tropelías llevaban nuestra firma y en muchas ocasiones éramos los responsables de los dolores de cabeza de D. Bernardo, de D.Agustín, de D. Eduardo Navarro, del legionario P. Nieto y del justiciero García Mauriño. Formábamos una especie de clan, unidos por una amistad inquebrantable.
   Gran deportista, dotado de enormes facultades físicas, fue seleccionado junto con Garrido Romero y Ramírez Mena para representar a Jaén en el Campeonato Nacional de Campo a Través celebrado en Madrid en mayo del cincuenta y ocho. No ganamos, pero como dijo Coubertin: "lo importante es participar". Recuerdo su frase cuando corríamos coco con codo:"mira Ramírez como corren, parece que tiran de ellos con una cuerda". Jamás olvidaré al fiel servidor y al mismo tiempo desafiante del Marqués de Zafrilla que en aquella comedia picaresca "Dos golfos afortunados" protagonizamos.
   Tu vida fue, y creo firmemente en ello, una continua lucha en busca de la verdad; un canto a la amistad que nuestra sociedad basada en la rentabilidad y el capitalismo salvaje y despojada de lo humano negaba.
   Hemos perdido a uno de los nuestros y nos duele, nos duele el alma y nos rebelamos ante el por qué de esta supuesta injusticia. Pero debemos reflexionar sobre este hecho dramático que nos atañe a todos como el hecho más importante de nuestra vida en el que antes o después seremos protagonistas.
   Nos duele tu muerte, hemos perdido un trozo de nuestro pasado que se nos va al "Infinito". En el próximo encuentro en Úbeda, sentiremos tu ausencia y nos invadirá la tristeza, pero también la firme certeza de que si la vida es examen, es prueba, tú te habrás ido de ella con el deber cumplido.
   Nos acercamos al final, al que ya vemos en lontananza, es por eso por lo que no te digo ¡adiós!; sino ¡hasta pronto Julio!


                                                                                                                  A.R.M.

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