miércoles, 17 de julio de 2013

La fiesta:su función social.

 Esta época que atravesamos en la que las crisis,tanto sociales como económicas,políticas o de identidad, están a punto de llevarnos al caos nacional y que nadie es capaz de atajar,se me ha ocurrido analizar de forma un poco somera ciertos acontecimientos y eventos que son como catalizadores de la sociedad. Me refiero a los actos festivos,fiestas o festejos populares. Nos concentraremos en las ferias y fiestas y en la función social que desempeñan y que debido a esa crisis de identidad de alguna parte del país y por tanto de la sociedad corren el peligro de desaparecer en tanto que rasgo genuino español.

Cuando estudiamos los diferentes modelos de sociedades y los movimientos populares que las determinan, debemos tener muy en cuenta qué tipos de expresiones y qué tiempos les interesan. Solamente así podremos saber o intentar conocer a los individuos que representan a esa sociedad.

La sociedad a la que va destinado este artículo,la representan tiempos distintos pero que se interrelacionan de forma completa para dar paso a una casi dependencia entre lo sagrado y lo profano,es decir:entre el tiempo,el hombre y la naturaleza.

¿ Qué es la fiesta ? La fiesta es el "tempus kak exochén";el tiempo "distinguido" del resto,al  que le damos el carácter de un tiempo de fiesta. Este tiempo o fiesta,situado en el ciclo de la vida,equivale a un microcosmos en el conjunto del tiempo concedido.

La fiesta,tiene otro significado cuando la fuerza que contiene y que mantiene con firmeza se manifiesta y se hace conocer históricamente. Este significado es de suma importancia cuando la fiesta se transforma en conmemoración,que es al mismo tiempo la aparición de lo sagrado,es decir:la relación entre lo natural o racional y lo sobrenatural. Es la presencia del Ser Supremo el que marca el fin de la fiesta. Ël detiene el tiempo y lo transforma de simple hecho en una promesa.

En toda sociedad,el tiempo mide las cosas de forma igual y justa;pero no se trata de una igualdad física, sino de una igualdad proporcional que está determinada por la naturaleza de esa misma sociedad,por sus creencias y formas de vida

Los tiempos o fiestas en los que se mezclan lo sagrado y lo profano,son vividos según la edad y costumbres de cada grupo social de forma distinta. Cada paso de una edad a otra se vive como un profundo cambio a través del cual,la vida humana sufre una profunda transformación que el individuo siente según su pertenencia social y sus circunstancias y que tiene una duración variable marcada por su edad.

Entre la naturaleza y la historia humana,no existe una realidad objetiva,un objeto de  especulación científica; sino más bien una partida dramática entre el ser y el no ser (tiempo-espacio,hombre-naturaleza ) que sólo podemos explicar y llegar a comprender con la ayuda de mitos dramáticos a los que sólo podemos aproximarnos a través de ritos igualmente dramáticos. La muerte y la vida,la alegría y la tristeza,la desolación y el esplendor,el frío y el calor,todo se integra en un tiempo lleno de momentos concretos a los que la sociedad aporta sus creencias.

Cuando hablamos de pasiones,pensamos en general en las personas afectadas por el amor,el odio,la tristeza. o la alegría,estos estados son pasajeros,como un dolor,un placer o un deseo. Las pasiones individuales no se confunden con las pasiones colectivas,pero podemos encontrar un estado pasional que se extiende a lo largo de un período y que conlleva días de alegría,de placer o de tristeza,con días en los que la colectividad puede reprimir sus deseos,sus dolores,sus odios y sus enemistades en beneficio de una creación común:la fiesta.

Debido a esta creación,el individuo provoca en el seno de su misma sociedad,una emoción misteriosa y apasionada que le lleva a elevarse sobre los problemas cotidianos. Esta emoción esta especie de histeria colectiva,hace que todos participen y liberen una fuerza emotiva que permanecerá durante el tiempo festivo.

El orden social y la sagacidad popular han permitido que este estado pasional se haya repetido a lo largo del año y durante siglos,es decir:el reparto del tiempo que toda sociedad necesita. Sin él la sociedad sería incom pleta. No olvidemos que las emociones y las pasiones,lo mismo que la vida y la muerte rigen el destino del hombre: La vida (tiempo concedido),renueva la sociedad,la muerte(hombre-naturaleza-creación) la hace desaparecer.

La sociedad,en todas sus manifestaciones,recuerda la infancia,adolescencia,juventud y madurez de los individuos que la forman como una fiesta;el pasado nos permite formar el presente para proyectarnos al futuro. Durante la infancia,vivimos en un mundo eminentemente emocional y festivo. A continuación aprendemos a diferenciar y clasificar nuestras emociones,separándolas de nuestros pensamientos. Este proceso,vital para la formación de nuestra personalidad,es el resultado de un proceso histórico en el seno de la sociedad. Es el fin de una creación;el individuo social abandona el medio natural para integrarse en otro medio artificial:la Sociedad.

Naturalmente no puedo terminar esta pequeña aproximación socio-etnológica,sin una referencia especial al pueblo andaluz que reúne todo lo anteriormente dicho. Si el grado de personalidad de un pueblo se mide por cuanto de original tiene su civilización,su cultura propia,su filosofía genuina,su sabiduría popular y sus manifestaciones artísticas en lo que tienen de peculiares,esa originalidad nos dice que la personalidad andaluza sobresale,no solamente de entre los pueblos andaluces sino de entre todos los de España.

La vida,es en primer lugar,un conjunto de problemas esenciales a los que la sociedad responde con un conjunto de soluciones:la cultura. Supongamos que el problema de la vida consiste,no en crear esto o lo otro;no en realizar tales o cuales valores trascendentales como la verdad,la justicia,el dominio sobre la naturaleza,la organización de la sociedad etc,sino simplemente en vivirla lo menos ingratamente que se pueda.
Pues bien,desde este supuesto,la vida andaluza es un sistema casi perfecto,cerrado y completo. Probablemente,hace mil años era en lo esencial idéntica a lo que es en la actualidad;y no hay razón para que no lo sea dentro de otros mil.

El pueblo se mira en el tiempo transcurrido,con sus alegrías y tristezas,con sus logros y fracasos y crea un tiempo en el que fijan sus fiestas en las que mitigan sus sinsabores;su trágico deambular en el tiempo concedido. Para el pueblo,las fiestas no son simplemente diversiones recreativas. Son como un deber y un trabajo útil,sin ellas la función vital de la vida,sería paralizada. Las fiestas se insertan en un ciclo de fiestas,su esencia
misma exige que las fiestas continúen,se repitan de una a otra. Como antes hemos dicho,las fiestas son el momento culminante:el término de una creación. Esta creación popular hace,que el pueblo instaure en su ser que año tras año,como una promesa en el tiempo concedido,inexorablemente,el reloj del tiempo marcará el fin de la creación popular: ¡ SUS FIESTAS !                                                                  

                                                                           Antonio Ramírez Mena                                                                                                                                                                      ;

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