miércoles, 16 de julio de 2014

Salario y sudor.

   Cuando veo trabajando,
al obrero al segador.
Cuando veo sus espaldas,
encorvadas, de sol a sol.
   Un salario de miseria,
para empapar el sudor
y la huella de la bota,
con que le aprieta el señor.
   Les piden que trabajen más,
pero por menos dinero.
¿Por qué tienen que pagar
los platos que no rompieron?
   La injusticia me corroe
y me nubla la razón.
Nadie defiende al obrero,
nadie tiene solución.
   Lo importante es el dinero,
ya que no tiene color.
Tanto tienes, tanto vales,
en este mundo de horror.

                                                                                                            A.R.M.

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