sábado, 25 de octubre de 2014

Juventud perdida.

   Recordando mi niñez,
hoy vuelvo al tiempo pasado,
aquellos tiempos felices,
aquellos tiempos de antaño.
   Los recuerdos de mi casa
con ese jardín dorado,
cuando libres y felices
jugábamos los hermanos.
   Es cierto que fui creciendo,
en el tiempo, en el espacio.
Esa etapa de mi vida,
la recuerdo con encanto.
   Se fue el niño que jugaba
y con él partió el encanto.
Se fue mi vida de chico
sin saber cómo ni cuándo.
   La pubertad me esperaba,
con destellos de abanico,
con promesas que turbaban
al recién llegado niño.
   Los ojos fueron vendados
y tapados los oídos.
Manipularon mi mente,
jugaron con mis sentidos
   Perdimos la libertad,
la juventud se hizo añicos,
presos del férreo sistema,
y de tiempos no vividos.
   Cuando la jaula se abrió,
vimos momentos perdidos,
de aquello que no pudo ser
y de libros no leídos.
   Los sueños de juventud
que se quedó en el camino.
Aquellos sueños de antaño,
aquellos sueños perdidos.
                                                                                   A.R.M..
   .

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