martes, 14 de octubre de 2014

Silencio.

   Tengo el corazón dormido,
o es sólo un terrible sueño.
Ya no sueño con amores,
tengo muerto el pensamiento.
   Pero no duerme el corazón,
está despierto, despierto,
y si razona mi mente,
tengo los ojos abiertos.
   Pero la pena me invade
cuando me habla el silencio.
Un ruido que no se escucha,
que no se escucha en el tiempo.
   Veo la gente que grita,
que se mueve en el silencio,
un silencio tenebroso
que me nubla el pensamiento.
   Que clame la gente, grite
y que rompan el silencio,
que no callen sus protestas,
que no duerma el pensamiento.
   Porque si ya no pensamos,
es porque ya estamos muertos,
esclavos de la mudez
del tenebroso silencio.


                                                                                           A.R.M.

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