lunes, 2 de noviembre de 2015

Inquietud.

   Amanece el nuevo día.
llega el Sol a mi ventana,
oigo a la gente que grita,
y a los pájaros que cantan.
   Como hormigas caminando,
las gentes vienen y van,
cierta locura se siente,
en este mundo irreal.
   Pasan los días sin descanso,
me pregunto ¿adónde irán?.
Cuento las horas inquieto,
de este ruido mundanal.
   Por fin se acerca la noche,
la temible oscuridad,
Suena el reloj, son las doce,
sopla el viento en la ciudad.
   La almohada, buen consejo,
en mis sueños hablará,
me dirá que en esta vida,
ya no es posible soñar.
   No me conformo, en la vida,
si que es posible soñar.
Los sueños, tú los fabricas,
y los puedes alcanzar.

                                                                                                         A.R.M.

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