lunes, 30 de noviembre de 2015

Un amanecer.


   Esta mañana en mi mente,
todo es olvido, silencio,
vaga mi espíritu libre,
fría mi alma, de hielo.
   Tiembla el junco con el viento,
el cervatillo de frío,
y en la pradera las flores,
se bañan con el rocío.
   Negras las rocas sin nieve,
sus bordes llegan al río,
y un pececillo travieso,
en el remanso escondido.
   De rojo las amapolas,
y blancas las margaritas,
y entre las jaras del monte,
la verde hierba se agita.
   ¡Qué reluciente mañana,
el Sol sale a pasear,
y con un guiño la Luna,
se acuesta para soñar.
   Canta el poeta a la vida,
que la muerte sellará.
No sabemos el destino,
ni si existe el más Allá.
   Algo dentro muy profundo,
puede que sea la verdad,
la bondad que de este mundo,
nos lleve a la Eternidad.

                                                                                                      A.R.M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario