viernes, 25 de marzo de 2016

A Nuestro Padre Jesús.

   Un año más ha pasado,
y en su ermita el Nazareno,
vuelve a salir a la calle,
a estar vuelve con su pueblo.
   Con paso lento, indeciso,
en el rostro el sufrimiento,
encorvado por la cruz,
sufre mucho el Nazareno.
   Se oye un ¡ay! lastimero,
que rasga, rompe el silencio,
y una saeta que hiere,
en lo más profundo al pueblo.
   Has recorrido sus calles,
al pueblo dado tu aliento,
Jaén te guarda en su alma,
venera tu Santo Cuerpo.
   Recorre un escalofrío,
se me eriza todo el vello,
cuando se escucha en la noche,
un ¡viva, viva el "Abuelo!.
   Hoy no he podido asistir,
y me invade el desaliento,
por no poder contemplar,
Divino Rostro en silencio.


                                                                                                                A.R.M.

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