sábado, 12 de marzo de 2016

Bolsillos.

   Cuentan historias peregrinas que hubo una vez un país, cuyo recuerdo se remonta a los tiempos de Maricastaña, en los que a sus gentes y a sus gobernantes, se les llenaba la boca con grandilocuentes palabras en las que el Estado de Derecho y la Democracia eran la base de toda discusión. Tan virtuoso país se creyó el ombligo del mundo y la reserva espiritual de Occidente, y a fuerza de tanto mirárselo, cayeron en las más profunda ceguera. La ceguera de sus dirigentes, basada en el "no quiero ver", se trasladó al pueblo que anduvo ciego, sin rumbo por el laberinto político en el que se vio inmerso por arte del "y tú más".
   En la moda masculina y femenina, hubo partidos políticos que cambiaron las normas y los bolsillos de chaquetas y pantalones se multiplicaron de forma alarmante ante el estupor de los ciudadanos que no comprendían tal cambio de moda.
   A tan novedosa innovación en la forma de vestir, de inmediato se le planteó un problema: al tener los trajes tantos bolsillos, había que rellenarlos de algo. Avispados partidos tuvieron la clarividente idea de camuflar en ellos sobres que darían juego con los bolsillos y más aún si estos contenían dinero. Dinero que no servía para otra cosa que no fuera resaltar y hacer más elegante la esbelta y agraciada figura del que vestía el traje y a mayor gloria del partido al que representaban. Pero he aquí, que como a todo ser humano, le puede fallar la memoria, a estos modelos de impecable figura y exquisitas maneras les falló. Tuvieron lapsus repetitivos y el dinero de los sobres cayó en el olvido.
   La moda y el relleno de sobres fue de tal intensidad, que ocasionó un enorme gasto público y las finanzas del país se resintieron ante el despilfarro de sobres y del contenido. Hubo sobres de todos los tamaños y colores que se acoplaban como un guante al dinero que contenían y que hacían juego con el color azul marino de los trajes que la "bolsillera" moda había impuesto.
   Como a toda moda o "Pichi", le llega la reforma de la moda o "Repichi" que el pueblo en Asambleas Populares exigió. Ante el "París bien vale una misa". Nacieron nuevas ideas, nuevos y jóvenes partidos dispuestos al cambio o a la eliminación de tan maquiavélica moda. Todo desembocó en Elecciones Generales que dieron un resultado inquietante pero representativo de lo que pensaba el pueblo. Después de múltiples reuniones y algún que otro pacto, aún no se han enterado de lo ocurrido y no se han puesto de acuerdo en la reforma de la contrarreforma. Es decir en la moda de los trajes con múltiples bolsillos, y si los tienen, estos deben ser tansparentes. Es en realidad lo que este humilde narrador llama el "Recontrapichi".


                                                                                                               A.R.M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario