viernes, 22 de mayo de 2015

Leyendas y mitos II.

   En uno de mis últimos artículos y reflexiones me atreví a introducirme en algo que es eminentemente humano: los mitos y leyendas. Estos hechos, sueños o interpretaciones de lo imaginario, forman parte de la vida humana, se reencuentran en el tiempo, nacen con los albores de la humanidad y en cierto modo revisten una cierta religiosidad, unas creencias propias de las tribus primitivas que regían posiblemente la vida social de nuestros primeros ancestros. Antropólogos eminentes como Lèvi-Strauss, Lèvi.Bruhl y otros, han estudiado, investigado en profundidad esta historia incompleta de la humanidad en la que los "medicine-men", es decir la élite intelectual de aquellas primitivas civilizaciones, poseían un saber, unos conocimientos ricos y extensos que ponían al servicio de la tribu. Incluso podían  interpretar el "más allá" puesto que según ellos y mediante un estado extrasensorial tenían relación con los espíritus de sus antepasados. Creo sinceramente que estos conocimientos, este saber provenían de su relación íntima y constante con la naturaleza. Sin necesidad de volver al lejano pasado, esta relación con el "más allá" perdura aún en nuestro tiempo a través de las muchas "medium" que vemos en los anuncios tanto televisivos como rotativos.
   Leyendo textos sobre mitos y leyendas primitivas, me llamó la atención un cuento, una leyenda que para no cansar mucho al lector, trataré de resumir.
   " Un hombre había perdido a su mujer. Terminado el intenso duelo por la muerte, sale a cazar con los demás miembros de la tribu. Los cazadores cogen vivo a un canguro. Al ver que se trata de una hembra, el viudo quiere quedarse con ella para reemplazar a su mujer. Se la lleva consigo a su choza,
le pone un collar de dientes de perro. Le muestra un montón de tubérculos y le dice al salir ¡cuécelos! Naturalmente la canguro no hace nada. Cuando vuelve, cuando regresa y ve que no ha hecho nada, se enfada y lleno de rabia le arroja su hacha. La canguro se escapa y huye al bosque.
Él piensa, se da cuenta de que la pérdida de la mujer-canguro no le causa ninguna pena. ¡Pero había
perdido, se había llevado su collar de dientes de perro!. Vuelven a salir de caza. Encuentran a la canguro y la matan. El hombre recupera su collar y salta de alegría.
   El "medicine-man" y el consejo de la tribu consideran después de consultar a los espíritus que el intento de desposar a la mujer-canguro ha fracasado. Y se acordó como ley general que en adelante,
el hombre sólo tomara por esposa a las mujeres humanas".
   Naturalmente que se trata de una relación hombre-animal en la que la imaginación y el mito, hace acto de presencia personificando al animal, humanizándolo y por tanto creyendo en él.
   Como bien dice Lèvi-Strauss, se trata del pensamiento, del espíritu en estado salvaje que nació y seguirá perpetuándose si no somos capaces de cultivarlo, desarrollarlo y por tanto dominarlo para crear una sociedad digna de nuestro tiempo en la que la igualdad, la fraternidad y la libertad no sean un mito ni una leyenda, sino que sean una realidad.

                                                                                                               A.R.M.

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