jueves, 4 de junio de 2015

Desde una celda.

   Encerrado a cal y canto,
pobre, triste prisionero,
en una sórdida celda
con los barrotes de hierro.
    Una pequeña ventana
hiere el muro de cemento.
Por ella entra la vida
y un trocito de azul cielo.
   Una nube juguetona,
a veces pasa corriendo.
Quisiera jugar con ella
pero se la lleva el viento.
   Por vecino en la ventana,
un pajarillo travieso.
Han construido su nido,
libre, libre como el viento.
   Revoloteos, la ventana,
oigo alegre sus gorjeos,
 sus arrullos y sus trinos
a este pobre prisionero.
   Se han marchado mis vecinos,
muy duro llega el invierno
y marco una raya más,
en la pared de cemento.
   La noche, fiel aliada,
con ella me llega el sueño,
y libre como el pajarillo
de mi celda salgo y vuelo.

                                                                                          A.R.M.

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