jueves, 4 de junio de 2015

Pesadilla.

   Anoche estuve soñando,
fue una extraña pesadilla,
una procesión de gente
buscaba ayuda, comida.
   Vestían sucios harapos
y en sus cuerpos se veía,
el rastro que deja el hambre
y la miseria en la vida.
   Una anciana descarnada,
ya por los años vencida,
con sus temblorosas manos
una limosna pedía.
   Dos rapazuelos pequeños,
con su mirada perdida,
las manos entrelazadas,
suplicaban, nos pedían.
   Una rara sensacióm
la garganta me oprimía.
Era sueño o realidad
lo que mis ojos veían.
   Maldito reloj del tiempo,
que a mi memoria traía,
la miseria, la pobreza
de aquella España vencida.
   Vuelve con saña la historia,
que se repite en la vida,
de aquellos años terribles,
de yermos campos, sin vida.

                                                                                                A.R.M.

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